La última ola de robos en varios municipios de la provincia de Ciudad Real por el método de la ‘caca de paloma’ ha afectado al menos a una persona en La Solana, aunque podrían ser más. Radio Horizonte ha podido hablar con una de esas víctimas, Ramona A., una mujer que el pasado viernes vivió en sus carnes la secuencia y lograron hurtarle una cadena de oro de gran valor sentimental. Al día siguiente denunció el caso a la Guardia Civil.
Los hechos se produjeron a media mañana, entre las calles Carrera y Vara del Rey. La víctima salió de casa para dirigirse al colegio Romero Peña, donde sus nietos celebraran una actividad fin de curso. Mientras caminaba por la acera, comprobó que un coche se detenía de repente para intentar aparcar en un lugar donde apenas había hueco. Ella no le dio mucha importancia, giró la esquina, y a los pocos metros notó que algo le caía en el pelo y en el cuello. “Miré hacia arriba pensando que había alguien con una manguera porque noté como si me hubieran echado agua”. Fue entonces cuando escuchó a alguien exclamar “¡Ay, ha sido una paloma!”. Volvió la mirada y esa misma persona, un hombre joven, le ofreció un pañuelo clínex para limpiarse y se prestó a ayudarle a retirar los supuestos excrementos de paloma. “Donde más tienes es aquí en el pelo y en el cuello”, le indicó. Finalmente, incluso llegó a asegurarle que la ‘caca de paloma’ daba suerte. “Para colmo, hasta le di las gracias”, cuenta la víctima, que volvió a casa para cambiarse de camiseta antes de regresar cole para ver a sus nietos.
Su marido se sorprendió por la prontitud y le explicó que había regresado para cambiarse. “Traigo la cabeza y hasta la cadena del cuello mojada”, le dijo. Pero su pareja le advirtió que no llevaba ninguna cadena y fue entonces cuando se dio cuenta del hurto. “Me entró una cosa desde los pies a la cabeza que no se puede explicar”. A la pregunta de si en algún momento notó algo extraño, insistió en que no. “Fue todo tan rápido que ni me di cuenta”. Parece claro que se trataba de un ladrón profesional que debió utilizar algún método especial para sustraer la cadena, ya que la víctima asegura que era muy difícil abrirla por su grosor. “Esa cadena no podía romperse con un tirón, llevaría algo para cortarla porque ni noté los dedos del chico”.
Se da la circunstancia de que al día siguiente se denunciaron más casos en poblaciones cercanas, caso de Alhambra o Daimiel, con el mismo modus operandi. La víctima que ha denunciado en La Solana podría no ser la única, por lo que anima a denunciar en todos los casos. En todo caso, ha querido explicar su caso con el único objetivo de dejar claro que esto le puede pasar a cualquiera y que debemos mantener siempre la guardia alta.
