El área de Microbiología de Ciudad Real perfecciona técnicas en biología molecular
La larga pandemia de SARS-CoV-2 ha puesto de manifiesto la necesidad de formar a un gran número de profesionales, técnicos y facultativos, para hacer frente a la demanda tan elevada de PCR. "Queremos aprovechar esta aproximación a la Biología Molecular para asentar conocimientos y ampliar la competencia del personal hacia otros diagnósticos distintos de SARS-CoV-2 y afianzar la necesidad de un servicio ininterrumpido que ofrece precisión, rigor y agilidad al diagnóstico clínico", ha explicado la responsable del servicio, Soledad Illescas, según ha informado la Junta en nota de prensa.
En estos talleres se han analizado las variables que muestran la relevancia de un servicio de Microbiología para el funcionamiento de un hospital, ya que las pruebas de diagnóstico microbiológico son determinantes y tienen un impacto directo en el pronóstico del paciente. De ahí, ha concretado Illescas, "que estas determinaciones moleculares tengan que hacerse en el menor tiempo posible".
Otro de los valores es el alto grado de orientación diagnóstica que permite a los clínicos una rápida implementación del tratamiento y evitar otras pruebas, ha recordado la responsable del servicio, por ello, es importante contar con "equipamiento avanzado para garantizar mayor sensibilidad y especificidad". En este sentido, la sección de Microbiología Molecular del servicio de Microbiología de Ciudad Real es una de las que ha recibido en los últimos años mayores inversiones en material inventariable y donde se han generado los nuevos puestos de personal, tanto de técnicos de laboratorio como facultativos.
EL AVANCE EN TÉCNICAS DE BIOLOGÍA MOLECULAR
En los últimos 20 años, las técnicas de Biología Molecular han venido desplazando o complementando a las técnicas convencionales utilizadas para el diagnóstico microbiológico de rutina. Su introducción en el trabajo habitual soluciona con eficacia problemas hasta entonces no resueltos o mejora la manera de resolverlos con los métodos previamente existentes.
Su mayor sensibilidad y especificidad las ha situado en primera línea para el diagnóstico de infecciones de transmisión sexual, virus respiratorios y otros microorganismos no cultivables (Chlamydia spp., Mycoplasma spp., Mycobacterium leprae, etcétera). Los pacientes infectados por VIH, hepatitis B y C, o los trasplantados infectados por CMV, se benefician de un control evolutivo de su carga viral gracias a estas técnicas moleculares. En epidemiología de brotes de infección estas técnicas constituyen, una vez detectado el microorganismo, las únicas determinaciones utilizadas.
Sin embargo, las ventajas de estas técnicas no están exentas de problemas. Dado que son muy rigurosas y precisas y requieren uso de instrumentos específicos (pipetas, extractores, termocicladores), en manos no expertas pueden dar resultados erróneos (por contaminaciones, artefactos, interpretaciones inexactas, etcétera) y generar altos costes por repeticiones. Por ello, "la realización de un taller para perfeccionar el manejo de estas técnicas, compartir experiencias y empoderar al factor humano que modula, traduce y enriquece estos métodos", ha concluido.