La familia del fallecido en la finca de La Atalaya dice desconocer su historial de detenciones
Familiares de la víctima del caso del exlibrero acusado de matar al intruso que entró en su casa de campo de La Atalaya, en verano de 2021, han declarado que desconocen su historial de detenciones.
En el juicio contra el octogenario acusado de matar a un hombre hondureño que habría entrado a robar a su casa de La Atalaya en 2021, la madre del fallecido ha insistido en que su hijo "era independiente" y que "eso no significa que vaya haciendo algo malo por ahí".
"Yo conozco a mi hijo y sé cómo es", ha dicho negando que alguna vez le hablara de las denuncias por abuso, lesiones en ámbito familiar, robos con fuerza y homicidio doloso. Tampoco ha manifestado tener constancia de que su hijo fuera consumidor de estupefacientes ni de que haya sido evaluado psiquiátricamente.
En la misma línea se ha pronunciado una de las hermanas del fallecido, que ha insistido en que su hermano llegó a España para buscarse la vida y trabajar en la construcción. Además, ha insistido en que su hermano no era ningún psicópata, y que únicamente tenía un trastorno límite de la personalidad.
Ninguno de los familiares que ha declarado sabía que el fallecido visitó la Unidad Psiquiátrica del Hospital de Ciudad Real, ni que tuvo un intento de suicidio tras colarse en dos viviendas de Daimiel e intentar inhalar gas.
Los policías que actuaron en el caso también han testificado en la sesión de tarde, describiendo la escena donde encontraron el cuerpo del fallecido con una motosierra apagada cerca del cuerpo. El primero en testificar ha relatado que el acusado parecía tranquilo pero que "expresó sentir miedo y pánico al creer que había otras personas acechando". "No reveló haber visto una forma troncocónica hasta la reconstrucción de los hechos", ha dicho.
Durante el juicio, otro de los agentes ha reconocido que consta que el fallecido tenía antecedentes policiales por robo de una furgoneta y un incidente de imprudencia temeraria que llevó a un intento de homicidio. También se han mencionado amenazas a empleados de un cementerio de Valdepeñas y a los policías que lo detuvieron.
Otro de los agentes ha señalado la posición del fallecido en el momento del hallazgo, coincidiendo con la descripción de otros testigos. Se encontraron indicios como cartuchos percutidos y dos impactos en el cuerpo del fallecido, pero no daños en los muros. El acusado se mostró colaborador y afirmó haber disparado en defensa propia.
El testimonio ha continuado con la declaración de un agente de Policía Nacional, quien ha afirmado que el acusado le indicó "que dio dos disparos al fallecido y un tercero acercándose a la puerta en la oscuridad para defenderse".