La Policía nunca barajó a otro sospechoso distinto al acusado del asesinato y descuartizamiento en Santander
Los agentes de policía de Ciudad Real han declarado durante la vista que la información brindada por la madre del acusado, S.P.C.E., al acudir a la Policía el 26 de agosto de 2020 supuso una primera señal de alarma. La información que les dio, junto a los antecedentes del acusado y un mensaje enviado por la víctima a S.P.C.E. la noche del 19 al 20 de agosto, alertaron a los agentes ante lo que consideraron un indicio claro de una situación de violencia de género.
En el mensaje enviado por N.P.R.G. a la madre del acusado, la víctima exponía que temía por su vida y que iba a abandonar a C.A.B.C., lo que sirvió a los agentes para identificar una situación de violencia de género con riesgo alto. Asimismo, la madre del acusado informó a la Policía de que había recibido una llamada de su hijo en la madrugada del 21 de agosto, en la cual le afirmó que N.P.R.G. había sufrido un atropello falleciendo junto a su hijo no nato.
Posteriormente, según han expuesto los agentes, la familia de la víctima acudió el 27 de agosto para denunciar la desaparición de la víctima, lo que incrementó los indicios de que se había cometido un delito grave.
Tras coordinarse con las fuerzas policiales de Santander y Madrid, la policía de Ciudad Real solicitó la inmediata detención del acusado por violencia de género, al tiempo que activaba los mecanismos judiciales para mantenerlo bajo estrecha vigilancia. Además, pudo obtener toda una serie de objetos hallados en la vivienda alquilada por los agentes de Policía de Santander, que los familiares de la víctima identificaron en una segunda declaración el 30 de agosto.
Durante este segundo encuentro con la Policía, los familiares pusieron a disposición de los agentes una serie de grabaciones realizadas durante el encuentro con la madre del acusado en su domicilio, en las cuales S.P.C.E. pedía perdón a los familiares e insinuaba que su hijo había cometido un delito grave.
Además, siempre según el testimonio de los agentes que han comparecido en la Audiencia Provincial, pruebas digitales mediante el rastreo del teléfono móvil del acusado permitieron trazar su ubicación en las fechas previas y posteriores al presunto crimen. De esta forma, los agentes de policía han sostenido que C.A.B.C. mintió en sus declaraciones sobre los movimientos que realizó durante los días posteriores al 20 de agosto.
Tras la localización del cuerpo de N.P.R.G. y las pruebas obtenidas por la Policía Científica y Judicial de Santander, la labor de la Policía de Ciudad Real se centró en indagar y averiguar el máximo de detalles posibles sobre los hechos, siempre situando al acusado como principal sospechoso. En este sentido, los agentes han descartado, ante preguntas de los abogados de la acusación particular y de la defensa, la posible implicación de una expareja del acusado a la que el propio C.A.B.C. apuntaba como responsable.
CARGOS DE ASESINATO, ABORTO Y PROFANACIÓN
El juicio por el asesinato y descuartizamiento de N.P.R.G. el 20 de agosto de 2020, cuando se encontraba embarazada en ese momento de 16 semanas, comenzó el pasado 7 de noviembre en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, localidad de residencia del acusado y la víctima.
El acusado, C.A.B.C., se enfrenta a unas penas máximas solicitadas por la fiscalía de 25 años por asesinato con alevosía, 8 años por aborto y 5 meses por profanación del cadáver, un total de 33 años y 5 meses.
Las vistas orales se extenderán hasta el 21 de noviembre, momento a partir del cual el jurado popular, compuesto por 9 personas, tendrá que emitir un veredicto.