Valverde adquiere el compromiso de mejorar FENAVIN y anuncia una proyección vinculada al Quijote
El presidente de la Diputación de Ciudad Real y de la Feria Nacional del Vino, Miguel Ángel Valverde Menchero, ha adquirido hoy en Madrid el compromiso de mejorar este importante acontecimiento expositivo ante los miembros del Cuerpo Diplomático de los Embajadores del Vino de FENAVIN, que han cumplido este mediodía con una de las obligaciones que adquirieron al aceptar el reconocimiento, la asistencia a una reunión anual.
Ante una nutrida representación de periodistas, empresarios, actores, comunicadores, doctores y enólogos, el presidente de la Diputación, que ha estado acompañado por las vicepresidentas Sonia González y María Jesús Pelayo y por el director de la feria, Manuel Juliá, ha agradecido al inicio del acto que hayan aceptado y ejerzan el reconocimiento de embajadores del vino. Con anterioridad, ha tenido la oportunidad de charlar con la embajadora del vino de FENAVIN y ministra de la Vivienda, Isabel Rodríguez, en este sentido.
Ha calificado de “importante” el hecho de que difundan la existencia y la relevancia de FENAVIN, “la feria del vino español más importante del mundo. Así queremos que siga siendo y estoy seguro de que vosotros vais a impulsarnos todavía más para que así sea”, ha señalado antes de indicar que van a seguir trabajando para la Feria Nacional del Vino siga siendo una feria “conocida, reconocida y respetada” de cara al futuro.
Valverde ha precisado, a este respecto, que dirigirán todos sus esfuerzos a lograr que FENAVIN sea uno de los mejores escaparates del vino español en el contexto nacional e internacional. Ha indicado, a este respecto, que están reflexionando sobre si hay una manera mejor de hacer las cosas y ha anunciado que valoran vincular el evento a la figura del Quijote, uno de los mejores embajadores con que cuenta la provincia de Ciudad Real.
“Nosotros somos de una tierra productora de vino, Ciudad Real produce el 25 por ciento del vino de España, un total de 10 millones de hectólitros, y Castilla-La Mancha el 50 por ciento. Tenemos el firme compromiso de que FENAVIN siga creciendo y de que nuestros vinos sean cada vez más conocidos y competitivos”, ha dicho Valverde para añadir, a continuación, que “en este empeño, en este camino y en este esfuerzo contamos con todos y cada uno de vosotros”. Y ha concluido su intervención levantando su copa “por el vino español, por el vino de Ciudad Real, por FENAVIN y sus embajadores del vino”.
“El vino es vida”
El director de Feria Nacional del Vino, Manuel Juliá, que ha agradecido la asistencia de los embajadores a la reunión, le ha cedido la palabra al secretario del Cuerpo Diplomático de los Embajadores del Vino de FENAVIN, Manuel Villanueva, quien ha sido el encargado de realizar el alegato en defensa del vino y de su promoción.
“El cuerpo diplomático toma cuerpo, quizás porque, como señalaba Eurípides, allí donde no hay vino, tampoco existe la compañía. La compañía tiene que ver con los que comparten el pan y el vino, ambos alimentos recorren caminos comunes y participan de la misma liturgia sagrada, por eso el compromiso ineludible de este grupo de verse al menos una vez al año, para compartir viandas, vino y vida. Y si me permitís una licencia de sabiduría gallega, para que nadie se vaya sin comer, sin beber y sin escuchar un cuento, esa ha de ser nuestra felicidad silenciosa”.
De esta manera ha iniciado su intervención Villanueva para resaltar, acto seguido, que “ser embajador del vino significa representarlo, contribuir a su promoción y expansión, a su consumo ponderado y a fomentar su relación cultural. Y para ello ir recorriendo los diferentes territorios para expandir el mensaje”.
Ha comentado también que “conviene no olvidar que viajar nos ha hecho más empáticos, cultos y solidarios”. Nos lo recuerda Tony Wheeler -ha dicho- en su libro “La defensa del viaje”, “porque el vino también es eso, fuente de vida, paisaje, es parar y respirar, es vínculo irrompible con la gastronomía”.
Y ha concluido diciendo “veamos, viajemos juntos, brindemos a la manera que lo hacía el sabio cunqueiro, elevando su copa al cielo en señal de agradecimiento a la verdad de los días para decirnos que los vinos, además de probarlos, hay que vivirlos”.