Valverde pone en valor el papel trascendental como servicio público de la Diputación
El presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde, ha inaugurado esta mañana en el Palacio provincial una exposición, en el marco de la conmemoración de su 130 aniversario (1893-2023), que analiza la evolución que ha tenido la sede la institución provincial a lo largo de estos años, su riqueza arquitectónica y artística. La muestra, que se podrá visitar hasta el 30 de octubre de este año, está distribuida en diferentes paneles que están situados en los patios del palacio, mobiliario de época y una proyección audiovisual.
Valverde ha querido destacar la importancia que ha tenido la Diputación en la vida de los habitantes de la provincia y, en concreto, “este palacio que ha albergado una caja de ahorros destinada a intereses sociales, la primera biblioteca provincial, el primer servicio de recaudación, en definitiva una institución que ha estado siempre al servicio de los habitantes de la provincia”. Añadía el presidente la vocación pública de la institución que sirvió de impulso para poner en marcha el primer colegio destinado a la escuela hogar para atender a los niños más desfavorecidos o la creación del primer instituto provincial, en definitiva “la exposición hace un recorrido por el palacio, pero es un paseo por la historia de la provincia de Ciudad Real”.
Pero ha querido Valverde ensalzar la labor de todos los trabajadores de la Diputación “con un homenaje a los hombres y mujeres que nos antecedieron en la responsabilidad de ella y que irradiaron los servicios que necesitaba la provincia de Ciudad Real”. Por ello, ha dicho el presidente, “tenemos que sentirnos orgullosos de la institución, que es muy querida, respetada y entendida por todos, por su pasado histórico y de servicio público a los ciudadanos”. La exposición, que se enmarca en la los actos conmemorativos de recuperación del Día de la Provincia refleja fielmente la evolución del Palacio en su 130 aniversario, pero más allá es una muestra del trabajo realizado a lo largo de los casi doscientos años de su existencia como institución.
Ha agradecido Valverde el intenso trabajo realizado para poder exponer esta muestra por los comisarios Francisco Adánez, Rosa Ramos, Virginia de la Osa, y José García-Muñoz, los servicios de la Diputación del archivo general, arquitectura, el servicio de cultura, contratación, compras y prensa, con fotografías de Fernando Izquierdo, y la empresa Sobrino Comunicación Gráfica, entre otros. Una exposición que probablemente pueda ser itinerante por los pueblos de la provincia y que se enmarca en los actos de celebración del Día de la Provincia, que este año arranca en Ciudad Real capital, pero que irá recorriendo los pueblos y en fechas diferentes, que irán asociadas a momentos importantes en la historia de la institución.
Por otra parte, el vicepresidente cuarto Adrián Fernández, incidía en agradecer el trabajo de la empresa de la provincia que ha materializado la exposición “con un trabajo incesante en tiempo récord y que se inaugura con motivo de la recuperación del Día de la Provincia, que es una voluntad del presidente Miguel Ángel Valverde, porque es una manera de hermandad, unir, de convivencia de territorios de los pueblos, de hacer provincia y de hacer más importante nuestra tierra”. La inauguración de la exposición ha contado con una amplia representación de la Corporación Provincial y del tejido cultural, social y de los medios de comunicación.
Historia de la Diputación de Ciudad Real
La exposición hace un recorrido en el tiempo para conocer el origen de la Institución con documentos originales, planos y numerosas fotografías. La Diputación de Ciudad Real se constituyó el 5 de noviembre de 1835, por Real Decreto de 21 de septiembre. En sus inicios no tenía sede propia, por lo que se estableció en varios edificios de la capital, uno de ellos el de la Academia General de Enseñanza, en la calle Caballeros. El 26 de enero de 1887 la Comisión Provincial acuerda que se dirija una comunicación del Pleno al señor obispo de la diócesis de Ciudad Real, manifestándole “los deseos de la Corporación para enajenar el local que ocupa la Vicaría Eclesiástica para que se destine a Palacio Provincial”. El solar de 1.955 metros cuadrados se adquirió por 40.000 pesetas. La Corporación Provincial aprobó la redacción del proyecto para la construcción del Palacio Provincial el 28 de marzo de 1889, adjudicando posteriormente las obras a Joaquín Castillo Panadero por un importe de 320.000 pesetas.
El Palacio se inauguró oficialmente el 12 de octubre de 1892, aunque las obras no estaban terminadas completamente, haciendo coincidir el acto con las celebraciones del cuarto centenario del descubrimiento de América. Finalmente, el edificio se recepcionó el 21 de septiembre de 1893 siendo presidente de la Diputación José Cendrero y Díaz del Castillo.
La impronta artística de Sebastián Rebollar y Muñoz, Manuel López-Villaseñor y Ángel Andrade
El 27 de noviembre de 1885 fue nombrado arquitecto provincial, Sebastián Rebollar y Muñoz (Fntihoyuelo, Valladolid), tomando posesión el 9 de enero de 1886. El encargo del Palacio lo asumió en 1889. A lo largo de su trayectoria profesional diseñó numerosos proyectos de singular interés, como el Casino de Ciudad Real o la Academia General de Enseñanza, en el entorno de los jardines del Prado, el Palacete de Barrenengoa, el Banco de España y el Círculo de la Unión en la plaza del Pilar, entre otros, algunos de estos edificios ya han desaparecido.
Por otra parte, en 1890, Ángel Andrade (Ciudad Real, 1866-1932), recibió el encargo de realizar la decoración del Palacio durante su construcción. El artista plasmó su habilidad artística en la decoración mural de la escalera y los techos de los salones de Sesiones y Comisiones, donde podemos identificar su firma y apreciar las influencias de la decoración palaciega italiana. Por otra parte, Samuel Luna (1860-1939) pintor nacido en Almagro, colaboró en la ornamentación desde el 9 de abril de 1891. También cuenta con un mural muy icónico de Manuel López-Villaseñor
El Palacio viene determinado según una disposición de tres ejes de simetría, propia de academicismo del siglo XIX, que expresan jerarquía espacial y monumentalidad. La estructura general de la planta se articula mediante una gran escalera y patios centrales rodeados de columnas, con distribución periférica de los espacios.