El Domingo de Resurrección, Argamasilla de Alba revivió la tradición del Manteo del Pelele
Los asistentes a esta fiesta, organizada por Mancha Verde y la concejalía de Festejos, disfrutaron de la música y las coplillas tradicionales mientras lanzaban al aire la representación del traidor bíblico
La Agrupación de Coros y Danzas “Mancha Verde” de Argamasilla de Alba, junto a la concejalía de Festejos del Ayuntamiento de la localidad, organizó la XVI Fiesta del Manteo del Pelele en la que participaron numerosos argamasilleros, argamasilleras y muchos de los turistas que estos días de Semana Santa han visitado la localidad.
El manteo del pelele se realiza tradicionalmente en Argamasilla de Alba el Domingo de Resurrección y en él se hace volar a un muñeco de trapo, antiguamente de paja, que se viste con ropa vieja y se adorna con diversos objetos, como gorros o pañuelos, y el cual representa al traidor bíblico Judas Iscariote.
La concejala de Festejos, Alba Hilario, junto a Pablo Martín, presidente de Mancha Verde, invitó a todos los asistentes a sumarse a esta fiesta y agarrar alguna de las mantas para lanzar al aire la representación de la persona que entregó a Jesús a las autoridades romanas por treinta monedas de plata.
Mientras los participantes movían el pelele de un lado al otro de la manta, Mancha Verde interpretaba algunas de las muchas coplillas que tradicionalmente se cantaban este día, algunas de ellas burlonas, otras picarescas, pero siempre simpáticas y sin el ánimo de ofender a nadie, y, al grito de “a la una, a las dos y a las tres… arriba con él”, los manteadores lanzaban el pelele al cielo, intentando recogerlo con la manta en la bajada, aunque en la mayoría de casos sin mucho éxito.
Tras el manteo, Mancha Verde bailó algunos de sus pasos más conocidos, dando fin a esta tradicional fiesta manchega, que, aunque también se realiza en muchos otros lugares de España, en Argamasilla de Alba, tras desaparecer, y de varios intentos de recuperarla hace años, Mancha Verde consiguió enraizarla en la programación de fiestas anuales locales y convertirla en una cita ineludible el Domingo de Resurrección.