PERSONAJES Y LUGARES: ANA DE CASTRO EGAS
Ana de Castro nació en Valdepeñas en el último tercio del siglo XVI. Aunque no tenemos referencias de sus vínculos familiares, debió de pertenecer a una estirpe influyente y de buena posición, hechos que son respaldados por su pronto asentamiento en Madrid y su estrecha relación con la corte. Así, mantuvo una estrecha relación de amistad con el Infante Don Fernando, uno de los ocho hijos del Rey Felipe III y la Reina Margarita de Austria. Formó parte del círculo íntimo de la Casa Real y también mantuvo una gran amistad con los Duques de Lerma y Uceda.
Sus distinguidas amistades y su habilidad con las letras le hicieron gozar de la admiración y amistad de los más relevantes personajes de la época, incluyendo los más destacados escritores de su tiempo: Lope de Vega, Quevedo, Valdivieso, Mira de Amescua, Bocangel, López Zárate, Pérez de Montalbán, Pellicer, Bonifaz, Antonio de Herrera, etc.
Aunque se conservan numerosos de sus versos, muchos de ellos firmados bajo el seudónimo de “Anarda”, sólo nos has llegado una obra suya completa, “Eternidad del Rey don Felipe nuestro señor, el piadoso”, publicada en 1629, ocho años después de la muerte del monarca. En ella resume la vida de Felipe III y los hechos más destacados de su reinado, destacando sus múltiples virtudes y su buen gobierno. Se trata sin duda de un momento único del Siglo de Oro, la biografía de un rey escrita por una mujer, algo extraordinario en aquella época. Este estudio de la vida reañ estaba de dedicada a su hijo “el Serenísimo señor el Cardenal Infante”.
Su fama literaria queda demostrada en la multitud de poemas donde se alaba a su persona y su obra dedicados por nobles, algunas mujeres y por los hombres de letras y dramaturgos más reconocidos de la época.
Como muestra los versos dedicados por Lope de Vega:.
“Tu dulce voz, cual suele en primavera
suave despertar Céfiro a Flora,
en las cenizas que animó sonora,
vivir Felipe, donde espira, espera.
Sol amanece a la terrestre esfera
y del polo español las líneas dora,
que tú, naciendo de su ocaso, Aurora,
vuelves sus rayos a su luz primera”.
Incluso Francisco de Quevedo, poco amigo de alabar a las mujeres, halaba a Ana de Castro en prosa sincera y repleta de alabanzas:
“...El volumen es descansado; el estilo, pulido con estudio dichoso; las palabras, sin bastardía mendigada de otras lenguas, que en algunos cuadernos por blasonar noticia desaliñan la nota y, cuando más presumen de joyas, mejor se confiesan manchas. Tan docto escrúpulo ha tenido en lo que deja como cuerda elección en lo que elige: la sentencia es viva y frecuente, los afectos eficaces y debidos, pues sin digresiones forasteras deja vivir su vida al Príncipe”.
Parece ser que junto a Lope de Vega promovieron la presencia de mujeres en los círculos literarios y académicos, algunas de las cuales fueron su sobrina Catalina del Río y sus primas Clara María y Ana María de Castro.
Sirvan estas líneas para el recuerdo de esta valdepeñera, poeta y biógrafa reconocida en su tiempo pero que el tiempo la ha ido arrinconando en el olvido.
FUENTES:
“Valdepeñeros ilustres: apuntes biográficos”. Valdepeñas: La voz de Valdepeñas, 1890-95.
ARVERAS, Daniel. “Mujeres en la historia: Ana de Castro, la olvidada biógrafa de Felipe III”. 2020.
Disponible en https://www.tuotrodiario.com/divulgacion/20210328204535/ana-de-castro-biografa-felipe-iii/
https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_de_Castro_Egas
https://nadirjr23.wixsite.com/conletrademujer/ana-de-castro-egas