PERSONAJES Y LUGARES: Iglesia de Santa María Magdalena de Alcubillas
Los orígenes de este edificio se remontan a los primeros años del siglo XIII, desempeñando en sus inicios funciones de fortaleza. En 1243 ya existe documentación que constata la existencia en Alcubillas la existencia de una torre de defensa y parroquia propia.
En ese mismo año, y tras un pleito entre la Orden de Santiago y el Arzobispo de Toledo, Fernando III de Castilla y León concede a la Orden de Santiago la titularidad de la iglesia de Alcubillas.
La Iglesia fue reconstruida en 1577, presenta un estilo arquitectónico de transición que contiene principales elementos góticos y renacentistas. Desde sus orígenes se halla bajo la advocación de Santa María Magdalena.
La nave central es de gran solidez, compuesta de piedra granítica labrada en sus esquinas, puertas y otros lugares del edificio. El resto se compone de piedra corriente de arenisca.
A lo largo de todo su perímetro podemos observar sólidos contrafuertes que articulan el espacio exterior, dando un aspecto de sobriedad.
La cristalería que cubre todos sus ventanales es de un estimable valor, siendo muy bellas las tonalidades que transforman el paso de la luz. Su conjunto interior es armónico, las columnas de piedra y los arcos y bóvedas son de esbelto y bello trazo.
A los pies del templo destaca el conjunto monolítico de la torre, acompañada de su escalera de caracol y una curiosa ventanilla rectangular, adintelada con un grueso sillar, hoy partido, en cuyo centro se esculpió una cartela con las armas de la Orden de Santiago (cruz y veneras), y una inscripción con la fecha de la torre “año 1577 ”. En el lado oeste, la torre presenta una portada, toda realizada en sillares de gran tamaño, formando arco de medio punto, adovelado, enmarcado en su parte superior por un bello alfiz, de sabor mudéjar, coronado por una pequeña hornacina, en cuyo interior se cobijaría, en otro tiempo, una imagen.
Sobre el primer cuerpo descansa un octógono, correspondiente al cuarto de las campanas, realizado en mampostería con sillares de refuerzo en las esquinas. Sobre su cornisa un chapitel de pizarra, moderno, coronado por una linterna también de pizarra, donde se dispone el reloj. Sobre éste, una balaustrada coronada por una talla del Sagrado Corazón de Jesús. El conjunto de la torre y tribuna forma una elevación en el alzado, contrapesando la altura del presbiterio, en contraste directo con el cuerpo central.
Hacia 1915 se realizó una importante reforma, de lo que dan fe las puertas existentes junto al púlpito. En septiembre de 1950, al encontrarse en mal estado la torre como su veleta, se procedió a sustituirlas por otra cubierta de pizarra y metálica en su parte superior, de cuyo techo penden las campanas; encontrándose en la cara frontal a la Casa Consistorial el reloj.
Para su acceso, la iglesia tiene dos puertas claveteadas de bella ejecución. Otra tercera, que entonces tenía la función de principal, se tapió en 1973.
En el interior se descubre una bóveda de crucería, con sus cruceros y terceletes, todo realizado en piedra en los primeros años del siglo XV. Las claves se adornan con discos en los que todavía quedan restos de una decoración en bajorrelieve policromada. La bóveda refiere cuatro ménsulas de apoyo, a media altura, semicirculares, adornadas a su vez con botones, flores y frutos, y panales de tradición mudéjar.
La capilla mayor queda separada del cuerpo de la nave mediante un arco toral realizado en sillares de piedra, doblado, ligeramente apuntado, apoyado sobre gruesas pilastras poligonales, con capiteles moldurados, corridos, sin ningún tipo de ornamentación, y con altas basas poligonales. Toda la nave principal, excepto la tribuna, se divide en crujías mediante tres grandes arcos fajones, ligeramente apuntados, con fustes lisos, apilastrados y pentagonales, grandes plintos y capiteles corridos, también pentagonales. Para cubrir este espacio se emplea un tipo de forjado de madera inclinado.
En el lado de la epístola aparecen dos añadidos barrocos: la Sacristía y la Capilla de Nuestra Señora del Rosario. La primera es de planta cuadrada, exactamente similar a la planta de la segunda, que le sigue. A esta última se accede mediante un alto arco de medio punto. Adornando sus jambas se disponen estrechas pilastras acanaladas, rematadas con un sencillo entablamento, compuesto por friso y cornisa moldurada. Sobre éstas, otras molduras forman suaves arquivoltas en el extradós del arco. Se cubre esta capilla con cúpula esquifada sobre cuatro pechinas, rematada en su centro con un florón pinjante.
La cuarta crujía de este mismo lado presenta un nicho-altar, adornado al estilo clásico, flanqueado por cuatro columnas corintias y coronado con frontón triangular partido, adornado con pináculos, y en el centro un escudo con el emblema de San Pedro. En su interior, una hornacina avenerada custodia una imagen moderna de San Antonio.
En el muro derecho, bajo la tribuna, se abre la Capilla del Bautismo, realizada en el siglo XVII, a la que se accede por un amplio arco de medio punto, de sillares, tanto sus jambas como sus capiteles, en forma de entablamento. Se cubre con bóveda de cañón, enlucida. En este espacio se sitúa la pila bautismal, sobre pie, con una taza gallonada, con su tapador.
En el lado del evangelio, en el cuarto tramo, se abre una hornacina-nicho bajo arco de medio punto, rodeado de una estructura clásica, flanqueada por columnas jónicas dispuestas sobre plintos, y éstos, a su vez, sobre dos ménsulas en forma de hoja de acanto. Sobre las columnas un entablamento coronado con dos jarrones y un remate central. En su interior se venera la imagen de Nuestra Señora del Carmen.
A los pies, la tribuna, protegida mediante un poderoso arco de medio punto, realizado en sillares, que descansa sobre dos pilastras monumentales. El coro alto, en realidad el verdadero apoyo del cuerpo octogonal de las campanas, se abre al interior de la nave mediante una sencilla tribunilla de madera, con sus balaustres, sostenida mediante cinco gruesos tirantes y diez ménsulas de madera.
Así pues la Iglesia de Santa María Magdalena presenta dos momentos constructivos, siendo el más importante el primero, que comienza en los últimos años del siglo XV y primeros del siglo XVI, época a la que pertenece la esencia de la planta, su cabecera cubierta de terceletes, la nave central, sus arcos diafragma, cubierta de madera, tribuna y torre. En un segundo momento, ya en los siglos XVII y XVIII se construyeron la capilla bautismal y la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, en realidad la única concesión barroca de todo este bello templo.
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