PERSONAJES Y LUGARES: fray Gregorio García
Gregorio García nació en la localidad de Cózar, entre 1556 y 1561.
Fue un cronista y misionero dominico español en América. Se sabe que ingresó en la Orden de Predicadores de Andalucía. Esta orden, conocida también como Orden Dominicana y sus miembros como dominicos, es una orden mendicante de la Iglesia católica fundada por Domingo de Guzmán en Toulouse durante la cruzada albigense y confirmada por el papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216.
Gregorio García destacó en el campo de la teología y doctrina y no sería extraño que participara en la organización de la Inquisición medieval.
El lema principal de la orden es “Laudare, benedicere, praedicare” (“‘alabar, bendecir y predicar”). Dándonos a entender la vida en el sacerdocio o de un monje.
Se trasladó a Sevilla para viajar a Quito en 1586. En el Archivo General de Indias de Sevilla, entre los pasajeros de los años 1577-1620, figura el dato que lo confirma:
“En cinco de octubre de 1586 se despachó a la provincia de Quito al Padre Jorge Sosa y veinticinco religiosos de la orden de Santo Domingo que son los siguientes [...]: Fray Pedro de Padilla, Fray Juan de Galvez [...] (de Madrid). Fray Alonso de Cea, fray Gaspar de Peralta, fray Gregorio García, fray Juan de Cardenal, fray Francisco de Saavedra [...] (de Ciudad Real) [...] “
Permaneció en Perú de 1587 a 1595 y se trasladó a la Nueva España, donde estuvo de 1596 a 1598, para regresar a Europa hacia 1599. Desde entonces y hasta su defunción (en 1633) vivió en Baeza (Jaén).
En estas regiones recogió diversos relatos de los miembros de la sociedad colonial sobre los tiempos anteriores a la llegada de los españoles, que posteriormente pasaron a formar parte de sus tratados.
De Gregorio Ramírez han llegado hasta nosotros las siguientes obras:
- “Origen de los indios de el Nuevo Mundo e Indias Occidentales”, impreso en Valencia en 1607
- “Predicación del Santo Evangelio en el Nuevo Mundo, viviendo los apóstoles”, impreso en Baeza en 1625
- Monarquía de los indios del Perú.
El tema principal de la primera obra nos muestra la preocupación de su autor por precisar si el Nuevo Continente era igual o diferente al mundo conocido. Esta cuestión llevó a García a ocuparse de la procedencia de los indios americanos, para lo cual tuvo que revisar las diversas teorías que hasta ese momento se habían escrito acerca de dicho tema por autores como Alexo Venegas, Benito Arias Montano, Juan de Pineda, Tomás de Maluenda, entre otros.
Además, este fraile consultó un vasto repertorio de obras griegas y latinas, así como los textos bíblicos y de la patrística. Leyó a los cronistas generales de Indias: Pedro Mártir de Anglería, Alonso de Herrera, el padre Bartolomé de Las Casas, Jerónimo Román y Zamora, Francisco López de Gómara, Gonzalo Fernández de Oviedo, José de Acosta y fray Juan de Torquemada.
En lo que se refiere a la historia del Perú, consta que tuvo acceso al Señorío de los incas de Pedro de Cieza de León, y a los materiales de Juan de Betanzos, Agustín de Zárate y el Inca Garcilaso de la Vega. Adicionalmente, tuvo entre manos los acuerdos del Segundo Concilio Provincial de Lima, celebrado en 1567, y el Tercer catecismo, publicado en 1584 por orden del Cuarto Concilio Provincial de Lima.
La obra de Gregorio García nos da muestra no sólo de su formación intelectual, sino también de sus creencias y prejuicios. Tratándose de un doctrinero, era esperable encontrar pasajes favorables a los indios. Ocurre todo lo contrario. García expone de manera reiterada su poca consideración hacia los indios. Esto es el resultado de establecer una filiación entre indios y judíos.
En el último libro se ocupa de la teoría que atribuye a los indios una procedencia hebrea. Sus disquisiciones eruditas dan paso a comentarios poco favorables a los indios. Sostiene que indios y judíos son “medrosos y tímidos”. Prueba de ello es su comportamiento durante la conquista. Entonces, se espantaban los indios tan solo al escuchar el disparo de un arcabuz o de un mosquete. No obstante el tiempo transcurrido, sostiene que dicha manera de comportarse subsiste. Cuenta que siendo doctrinero en el Perú, muchas veces le había tocado ir de noche y con su báculo a reprimir una borrachera de indios, y que estos con solo sentir que acudía, huían.
Sentencia que tal comportamiento se debe al ascendiente hebreo de los indios, “porque los hebreos, como lo advierte el Tostado, desde que entraron en Egipto, se criaron como siervos y esclavos” Por añadidura los indios, de modo similar que los hebreos, son incrédulos, ingratos, poco caritativos, idólatras y practican sacrificios humanos. Esta descripción de los indios en términos nada favorables muestra a un fraile poco crédulo del logro de una evangelización efectiva. Lamenta que a pesar de haberles predicado “suficientemente la fe y la ley evangélica”, los indios no estaban firmes en ella, especialmente en el Perú.
Archivo General de Indias de Sevilla (AGI), contratación, 1586, legajo 5538, libro 2, folios 29 y 29 v.
Pedro M. Guibovich Pérez, PEDRO M. (2007): “García, Gregorio. Origen de los indios del nuevo mundo e indias occidentales”.
[En línea] http://journals.openedition.org/bifea/3729; DOI: https://doi.org/10.4000/bifea.3729
Martínez Terán, MARÍA TERESA (2001): “Los antípodas: el Origen de los indios en la razón política del siglo XVI”. Instituto de Ciencias y Humanidades, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
Góngora, MARIO: (1998). “Estudios sobre la historia colonial de Hispanoamérica”. Colección El saber y la cultura. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
http://bibliotecapatrimonialrecoletadominica.blogspot.com/2013/12/