El placer estético de la Cultura: una invitación al Museo del Vino de Valdepeñas

Con motivo de la celebración de FENAVIN esta semana, la Diputación Provincial de Ciudad Real ha organizado a lo largo de los meses de abril y mayo varios eventos relacionados con la Cultura del Vino en diversas localidades de la provincia. En este marco privilegiado para dar a conocer la cultura que nos arraiga y une a la tierra de la vid, el pasado 29 de abril tuvo lugar en Valdepeñas una cata maridada en la que se degustaron vinos blancos, tintos y brut de varias bodegas de la Ciudad del Vino.

El placer gustativo por los caldos revive en nosotros otro placer, el estético. Vinos y bodegas se funden en una propuesta cultural para estos días, la visita al Museo del Vino de Valdepeñas. Reconvertido en itinerario museográfico a partir de la bodega de Leocadio Morales fundada en 1901.

De sus orígenes conserva el porche, muelle de descarga, jaraíz, nave de tinajas y cueva, así como aulas didácticas, sala de catas, tienda y salón de actos de nueva construcción. El Museo se convierte en el más señero escenario para la etnografía, exhibiendo piezas como una colección de carros, que nos permiten observar la evolución desde la tartana de 1914 a las galeras y carretones de mediados del siglo XX que trasladaban las barricas a la estación de ferrocarril. Son especialmente curiosas dos tipologías de carro del siglo XIX, el de varas y el de lanza.

Una reciente adquisición fue la Mula Mecánica de la marca patentada Villsan, en referencia a dos emprendedores locales, Manuel Villalba y Luis Sánchez, que dieron forma a una herramienta precisa para una gran diversidad de labores agrícolas en el ocaso de la década de 1940.

La nave de tinajas alberga un total de 34 tinajas con una capacidad de 500 arrobas con sus empotros. Dos exposiciones permanentes engalanan la sala para el visitante. Las fotografías de Harry Gordon sobre las tareas de la vendimia ante la mirada de un reportero americano en 1959 y la muestra de maquinaria de bodega, como el filtro de cobre de mangas, las llenadoras de botellas, las despalilladoras, un pellejo de vino o las bombas de trasiego.

Una cueva tradicional con 41 tinajas de 500 arrobas y las recreaciones de un laboratorio y un taller de tonelería completan este viaje a través de la producción vinatera en Valdepeñas desde principios del siglo XX.

El vino y Valdepeñas, un placer que trasciende a los cinco sentidos para invitarnos a una inmersión en la Historia y la Cultura que lo envuelve.

Agradecimientos a Manuel López Rodríguez, director del Museo del Vino de Valdepeñas.