La primera presidenta de Estados Unidos
Una cuestión que de forma recurrente se plantea es elucubrar sobre cuando los Estados Unidos tendrán por primera vez una mujer presidenta. Hace unos años Hillary Clinton estuvo a punto de alcanzar la presidencia y en estos momentos Kamala Harris ostenta la vicepresidencia. Hablamos de asumir de forma oficial este cargo, porque es posible que en la práctica podamos encontrar alguna mujer que ya haya ejercido esta alta dignidad…
Edith Bolling era descendiente de Pocahontas y también tenía vínculos familiares con Thomas Jefferson. Recibió una educación básica, que pudo haber condicionado su futuro, pero en 1896 se casó con Norman Galt, con quien tuvo un hijo en 1903, pero que moriría a los pocos días como consecuencia de complicaciones en el parto que, además, provocaron que Edith no pudiera tener más hijos. Norman murió en 1908 dejándole una buena situación económica.
En marzo de 1915 conoció al presidente Woodrow Wilson, que había enviudado unos meses antes. Wilson se enamoró de ella nada más verla y decidió pedirle matrimonio, aunque sus asesores le recomendaban que esperase hasta después de las elecciones de 1916, pues un nuevo matrimonio poco tiempo después de la muerte de su primera mujer le podría perjudicar. Pero Edith y Woodrow se casaron en diciembre de 1915 y un año después Wilson volvía a ganar las elecciones. Desde ese momento Edith se convirtió en su principal asesora, trabajaban juntos en una oficina privada que compartían en la Casa Blanca, desde la cual salieron decisiones de gran calado para los Estados Unidos. Edith revisaba los correos del presidente, tenía acceso a documentos clasificados, incluso filtraba las personas que podían reunirse con su marido.
Tras finalizar la Primera Guerra Mundial, Wilson, acompañado por Edith, realizó un agotador viaje por Europa para presentar su idea de creación de una Sociedad de Naciones que ayudara a evitar una nueva guerra. Este viaje afectó a la salud del presidente norteamericano, que en octubre de 1919 sufrió un derrame cerebral masivo. A partir de ese momento Edith se centró en evitar que su marido renunciara al cargo, a pesar de su evidente incapacidad, y que el vicepresidente asumiera el poder. Con la ayuda del médico de Wilson y de algunos asesores de confianza hizo creer a todo el mundo que el presidente solo necesitaba reposo y que podría trabajar desde su dormitorio, al cual solo ella tenía acceso. Edith recibía todos los documentos que iban dirigidos al presidente y decidía los que eran importantes y la respuesta que se debía dar. Esta situación se dilató durante un año y cinco meses, hasta que en marzo de 1921 acabó el segundo mandato de Wilson. Edith ejerció “de facto” la presidencia de Estados Unidos sin una autorización oficial, pero esta “administradora presidencial” logró mantener el país en unos momentos muy delicados.