La violencia de género en el ámbito rural: un problema silencioso que exige acción urgente

Hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, AMFAR (Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural) hace público un dato alarmante: más de la mitad de las mujeres asesinadas por violencia de género en 2024, el 52,5%, vivían en municipios rurales. Esta realidad, revelada por el Observatorio Rural de Violencia de Género que hemos creado en AMFAR, refleja la gravedad de la violencia machista en las zonas rurales de España.

La violencia de género sigue siendo una de las mayores manifestaciones de discriminación hacia las mujeres, vulnerando sus derechos fundamentales, como el derecho a la vida y a la libertad. Sin embargo, en el entorno rural, esta problemática adquiere características específicas que dificultan aún más su visibilidad y abordaje.

En estos municipios, el silencio impuesto por el miedo y la presión social es una barrera casi infranqueable para muchas víctimas. Temen denunciar por miedo a ser señaladas, a la dependencia económica o al futuro de sus hijos. Además, la falta de recursos específicos para atenderlas agrava su situación.

AMFAR pone de manifiesto que el riesgo de sufrir violencia machista aumenta a medida que disminuye el tamaño del municipio. Según los datos extraídos por AMFAR, el 52,4% de las víctimas rurales vivían en localidades con menos de 10.000 habitantes; mientras que este porcentaje baja al 28,6% en municipios de entre 10.000 y 20.000 habitantes y desciende aún más, al 19%, en localidades de entre 20.000 y 30.000 habitantes.

Por comunidades autónomas, Cataluña lidera el trágico ranking de comunidades autónomas con más mujeres asesinadas en el ámbito rural (6), seguida de Andalucía (4) y la Comunidad Valenciana y Galicia (3 cada una). En contraste, comunidades como Castilla y León, Aragón y la Comunidad de Madrid registran menos casos en estas zonas.

La cercanía entre vecinos y el escaso anonimato en los municipios rurales convierten a las mujeres víctimas de violencia de género en blanco fácil de prejuicios y juicios sociales. Esta presión perpetúa el silencio y dificulta que puedan pedir ayuda.
Ante esta preocupante realidad, desde AMFAR planteamos una serie de medidas prioritarias para combatir la violencia machista en el entorno rural. Comenzando por ampliar la accesibilidad a los recursos de atención, ya que es fundamental garantizar que las mujeres rurales puedan acceder a servicios de asistencia psicológica, jurídica y social.

Siguiendo por proporcionar apoyo psicosocial preventivo, porque resulta necesario diseñar programas adaptados a las características de las zonas rurales para prevenir y detectar situaciones de violencia y sobre todo; fomentar la independencia económica de las mujeres rurales a través de programas de formación y autoempleo que les permitan salir de situaciones de maltrato y alcanzar autonomía económica.

Desde su creación, en AMFAR trabajamos incansablemente para defender los derechos de las mujeres rurales y prevenir la violencia de género. El Observatorio Rural de Violencia de Género, al que tenéis acceso en la web de nuestra Federación; www.mujerrural.com , es una herramienta clave para visibilizar esta problemática y diseñar soluciones específicas que atiendan las necesidades de estas mujeres.

Además, en AMFAR ofrecemos servicios como de asesoría jurídica, donde las víctimas reciben información confidencial y personalizada sobre los recursos económicos disponibles y los organismos a los que pueden acudir. También brindamos apoyo psicológico para ayudarlas a encontrar una salida y proteger a sus hijos.

Este 25 de noviembre, es momento de reflexionar por qué las cifras de violencia de género continúan siendo alarmantemente altas, especialmente en los meses de verano, y por qué tantas mujeres asesinadas no llegan a presentar una denuncia. También es crucial preguntarse por qué en muchos casos, el entorno conociendo la situación, no evitara el desenlace fatal.
La violencia de género no puede seguir siendo una condena silenciada en el ámbito rural. Es imprescindible que la sociedad, las instituciones y las organizaciones unan esfuerzos para garantizar un futuro libre de violencia para todas las mujeres vivan donde vivan.

Las mujeres rurales no están solas. AMFAR seguirá trabajando para darles las herramientas necesarias para que puedan romper el círculo de la violencia y construir una vida digna para ellas y sus familias.

AMFAR, por un futuro sin violencia.