Según argumenta el secretario general de la formación, José María Fresneda, la sequía ha dejado el campo sin pastos y sin agua, obligando a los ganaderos a comprar más pienso y cisternas de agua y llevarlos hasta las explotaciones.
Un sobrecoste en transporte y alimentación añadido al ya encarecido precio de los piensos, que se sitúa entre un 40 y un 50% más caro que el pasado año, según informa Asaja en nota de presa.
A ello hay que sumar "las ya disparadas cifras de la energía, el incremento en los precios de los arrendamientos de hectáreas para pasto o nuevos gastos en medicamentos paras tratar enfermedades".
Según sus datos, solo en la provincia de Toledo se han sacrificado el 40% de las cabezas de bovino en menos de dos meses. Así, "a los desorbitados gastos de producción hay que añadir los de pérdida de producción, como las del ganado lácteo, que reduce los litros de leche diarios por no poder beber suficiente agua".