Miguel Barroso nació, según el pintor e historiador gijonés Juan Agustín Ceán Bermúdez, en Alcázar de San Juan (Alcázar de Consuegra) en 1538. En el censo poblacional de la villa alcazareña de 1577 aún aparece como vecino de la misma.
Ejerciendo como pintor, en 1585 se le encargó, junto con el también pintor Hernando de Ávila, la tasación de las pinturas del pintor toledano Luis de Velasco en la Catedral de Toledo. Es ésta la primera noticia, de la que se tiene referencia, en relación con la actividad artística de Miguel Barroso. En la citada Catedral toledana pintó un cuadro para el colateral del lado del evangelio.
Contrajo matrimonio con María de Villaescusa, de quien tuvo varios hijos.
El Padre Fray José de Sigüenza, historiador y poeta, cuenta en su “Historia de la fundación de El Escorial” que Miguel Barroso era un hombre muy instruido y “sabía bien la lengua latina, y no sé si la griega, con otras vulgares, la arquitectura, perspectiva y música. Díjome él a mí que le había aprovechado mucho lo que comunicó con Becerra, trabajando de mancebo en su casa” (se refiere al pintor jienense Gaspar Becerra Padilla, muy influenciado por el italiano Miguel Ángel).
También es recordado por el pintor gaditano Francisco Pacheco en su obra “Arte de la pintura”. Trabajó en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial desde 1587, repartiéndose con Luis de Carvajal, Pellegrino Tibaldi y Rómulo Cincinato, las pinturas de los ángulos del claustro bajo principal, donde pintó en la esquina que le correspondió la Ascensión del Señor y la Venida del Espíritu Santo. También pintó allí dos cuadros pequeños para las sobrepuertas del coro.
Se conserva además en el monasterio un álbum de dibujos suyos y de su discípulo Diego López de Escuriaz con 51 historias de la vida de Jesús y motivos decorativos diversos para servir de modelo a los bordadores encargados de confeccionar las vestimentas litúrgicas.
En el Museo del Prado, cedido al Museo de Huesca, tenemos un óleo sobre lienzo de Miguel Barroso de gran tamaño (2,25 m. x 1,44 m.), titulado “La transfiguración del Señor”.
También consta que trabajó en la Iglesia del Monasterio de San Ginés de la Jara, en Cartagena (Murcia), pintando un retablo del que se conservan unas tablas procedentes de la predela, en colección particular, que muestran a Santa Isabel de Portugal y Santa Isabel de Hungría. Se le atribuye un interesante San Andrés conservado en el Museo del Ermitage de San Petersburgo (Rusia).
Fue elegido, “en atención a su mérito y experimentada habilidad”, como pintor de la Corte del Rey Felipe II el 15 de noviembre de 1589 con cien ducados de paga. Poco le duró este trabajo pues falleció el 29 de septiembre del año siguiente en El Escorial.
En su testamento se dispuso que su cuerpo fuera provisionalmente enterrado en la Iglesia de San Bernabé Apóstol de El Escorial y que se trasladaran sus restos a la Iglesia de San Francisco de Alcázar de San Juan. Felipe II mandó dar cien ducados a su viuda para que pudiera regresar a su casa. La obra pictórica de Barroso influyó mucho en algunos pintores del primer barroco, como Vicente Carducho y Vicente Requena.
Es catalogado como un pintor manierista aunque sus conocimientos fueron muy variados: arquitectura, perspectiva, música, latín, griego clásico y varias lenguas vulgares. La obra pictórica de Barroso influyó mucho en algunos pintores del primer barroco, como Vicente Carducho y Vicente Requena.
FUENTES
ROMERO ESCRIBANO, Rosario: “Miguel Barroso pintor: Imágenes y encargos al servicio de la Contrarreforma”. Patronato Municipal de Cultura de Alcázar de San Juan, Tesela nº 91. 2024.
SIGÜENZA, José de: “La fundación del monasterio de El Escorial”. Editorial Aguilar, Madrid. 1988.
