PERSONAJES Y LUGARES: la Mina de los Pontones de Mestanza

21 de octubre de 2023, 11:00

Está situada en el sur de la provincia de Ciudad Real, formando parte de las estribaciones de Sierra Morena, muy cerca de la pedanía de Solanilla del Tamaral, perteneciente al término municipal de Mestanza. Constituye un complejo minero enclavado en un entorno de extraordinario valor natural e increíble belleza, a orillas del río Jándula y junto al llamado “Estrecho de Riofrío”.

Fue declarada Espacio Natural Protegido de Castilla-La Mancha en el año 2003 y tiene una extensión de 5,37 hectáreas.

Es una zona con un relieve variado, con alternancia de cerros, colinas, laderas y zonas de vaguada o valle. Todo ello cubierto por un monte mediterráneo típico en el que predominan los encinares, los pinares y los alcornocales, junto a multitud de especies arbustivas como el lentisco, la coscoja, la esparraguera o el madroño.

Los trabajos mineros en este lugar comenzaron en la época romana, con la explotación de blenda y galena. Fue a comienzos del XX cuando la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya comienza con la explotación de varios filones en esta zona de los que se extrajo gran cantidad de mineral, llegando a perforar hasta 2 kilómetros de recorrido subterráneo. Varias décadas después, la extensión de las explotaciones en Mestanza, Solana del Pino o San Lorenzo de Calatrava llegaba a alcanzar las 11.000 hectáreas. La zona en la que se asentaba esta mina de los Pontones era posiblemente la que albergaba mayor densidad de pozos, existiendo además a escasos kilómetros un poblado minero (Pueblo Nuevo), que se construyó en 1923 deliberadamente para albergar a los numerosos trabajadores de la explotación, contando con viviendas, hospital, iglesia, etc. Llegó a tener más de 800 habitantes.

El complejo minero de la zona cerró en el año 1931 a causa de varios motivos: la bajada del precio del plomo, la inferior calidad del mineral extraído frente a lo que se esperaba y los convulsos cambios políticos de la época (comenzaba su andadura la Segunda República).

Hoy todavía se pueden observar distintas infraestructuras de aquella época, constituyendo un valioso patrimonio, ejemplo de arquitectura industrial y minera de la época.

En las instalaciones se encuentra el primer lavadero de flotación que se instaló en Sierra Morena. Se trataba de un proceso por el que el mineral iba pasando por diferentes cribados, y piscinas en las que se separaba el mineral por diferente densidad, pudiendo diferenciar de esa manera la mena (mineral útil) de la ganga (mineral de deshecho).

Posteriormente a su abandono, esta mina se ha convertido en uno de los refugios de cría de murciélagos más importantes de Castilla-La Mancha, llegándose a contabilizar hasta 6.400 ejemplares de seis especies distintas: el murciélago ratonero mediano, murciélago mediano de herradura, el murciélago de cueva, el murciélago ratonero grande, el murciélago grande de herradura y el murciélago mediterráneo de herradura.

Así mismo, destacar que este refugio está muy relacionado con otros, como los túneles de Niefla o de Ojailén, ya que un porcentaje importante de la población del murciélago de cueva inverna en dichos refugios.