En el término municipal de Puebla de Don Rodrigo, en la zona occidental de la provincia, nos encontramos con el paraje del “Abedular de Río Frío” que tiene un especial interés, así como un marcado carácter relíctico (remanentes de un ecosistema en estado de regresión por causas naturales) ya que se localiza a una cota excepcionalmente baja (630 m), si la comparamos con los entornos más frecuentes de abedules en España; ya sea en el Sistema Central como en Sierra Nevada, donde se hallan a más de mil metros de altitud.
El abedul que aparece en las comarcas de los Montes de Toledo o en los Montes Norte de Ciudad Real se ha diferenciado genéticamente de otras poblaciones peninsulares, originándose una variedad particular.
El Abedular de Río Frío es, en realidad, un ecosistema complejo que alberga variados y valiosos hábitats. Así en el fondo del valle del Río Frío pueden encontrarse quejigos, fresnos, sauces, brezos, pajonales… en un entorno de turberas ácidas. De un tiempo a esta partes todas estas comunidades vegetales se han convertido en hábitats de protección especial en Castilla-La Mancha. Además, a lo largo de la reserva fluvial también nos encontramos con especies vegetales protegidas como el “Carex echinata”, una pequeña planta que crece en bosques húmedos, o la “flor de lobo” o “escaramón” con unas llamativas flores moradas. Pero sin duda no podemos de olvidar una de las joyas botánicas al borde de la extinción, el “mirto de Brabante”. Esta planta la podemos contemplar, en la Península Ibérica, en la mitad norte y en áreas de alta montaña. En Ciudad Real, por tanto, constituyen un hábitat muy escaso y vulnerable ante cualquier alteración del régimen hídrico.
Además el entorno goza de una nutrida variedad micológica. Es habitual ver hongos como la “Amanita Muscaria”, la “Lepista Nuda”, y variedades Macrolepiotas y de Russula, Y, por supuesto, el sorprendente hongo de la corteza de cobalto o “Terana Caerulea”.
La fauna encuentra en este espacio un lugar óptimo para actividades como el campeo, pastoreo, nidificación o descanso. Destaca la presencia de la nutria, siendo una de las Especies Amenazadas de Castilla–La Mancha, y el gato montés, catalogada como de “interés especial”. Mención aparte, merece el linces que se encuentra en la zona de distribución de denominada Zona Guadiana-Picón.
En cuanto las aves. En este enclave se encuentran 19 especies reproductoras, de las que la mayoría están incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha, como son el pico picapinos, el chochín, el petirrojo, el ruiseñor, el mirlo, el mito, el herrerillo común, el carbonero común, el trepador azul o la oropéndola.
En cuanto a los reptiles y anfibios destaca la presencia del galápago leproso y el galápago europeo.
Sus algo más de 300 hectáreas de superficie fueron declaradas Reserva Fluvial el 4 de febrero de 2003, y desde entonces la gestión de este espacio natural se ha orientado a la “renaturalización” de las condiciones ecológicas de este singular enclave, con el fin de preservar este habitat para las generaciones futuras.
FUENTES:
https://www.revistamedioambientejccm.es/articulo_imp.php?id=16&idn=27