Siguiendo la carretera hacia Miguel Esteban (Toledo) y a unos cuatro kilómetros de la localidad de Campo de Criptana se encuentra esta iglesia de estilo barroco del siglo XVII, que guarda una imagen del Cristo de Villajos, patrón de la localidad. La fachada exterior, que fue restaurada hace unos años, cuenta con un aire románico que recuerda su pasado medieval.
El origen de este enclave religiosos hay que localizarlo en el núcleo poblacional de Villajos del que se tienen referencias en el siglo XIV. Posteriormente la población del lugar lo abandonaría para conformar lo que hoy conocemos como Campo de Criptana (que surgió como la unión de diferentes poblamientos que existieron dentro de su actual término municipal que, a la postre, ha sido la única que ha continuado habitada hasta la actualidad).
Con el abandono del santuario, este se fue deteriorando hasta que en 1568 fue reconstruido por la Orden de Santiago. En los libros de la visitas de esta orden se menciona el lugar como la Ermita de Santa María de Villajos o de Nuestra Señora de Villajos.
En 1663 se acomete una nueva reforma en el edificio, en la que la participación de los ciudadanos de Campo de Criptana es fundamental para costear los gastos correspondientes.
En los conflictos bélicos de la Guerra de la Independencia (1808) y durante la Guerra Civil (1936) el santuario es saqueado y destruido, por lo que ha de ser reconstruido en diferentes momentos históricos.
En agosto de 1669 se acordó por decreto del concejo señalar un día para que desde entonces se celebrara en la Ermita de Villajos una fiesta “para honrar a Dios a través de la imagen del Crucificado que en tal lugar se veneraba”. Actualmente esta festividad se celebra el 24 de agosto, convirtiéndose además en un lugar de peregrinación durante todo el año, donde los fieles llegan para rezar ante una imagen muy venerada.
La actual imagen del Santísimo Cristo de Villajos es una obra del escultor Don Federico Zapater, datada en 1939.
En el interior del edificio podemos descubrir una nave longitudinal cubierta con una bóveda de cañón con lunetos y falsos ventanales. La nave de crucero tiene en sus extremos secciones de bóveda de cañón y su parte central esta rematada por cúpula sobre pechinas. El testero es plano y cuenta con un retablo que imita el estilo barroco que tuviera en original y que fue destruido en 1936.
En un pequeño cerro contiguo al Santuario del Cristo de Villajos, emerge el denominado Pozo de las Nieves.
Se trata de una construcción de arquitectura popular, de la que ya se hace mención en un documento fechado en 1752, cuya utilidad era almacenar y conservar del hielo para su posterior distribución y venta en la localidad criptanense.
El Pozo de la Nieve tiene planta circular y se halla excavado en la roca. Con sus algo más de seis metros de diámetro y casi ocho de profundidad) permitían almacenar unas 190 toneladas de hielo. Actualmente, en su planta alta, que antiguamente se utilizaba como almacén, se ubica un Centro de Interpretación en el que se explican las características de estas construcciones.
FUENTES:
ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS, Francisco: “La fiesta del Cristo de Villajos: una costumbre de 350 años de antigüedad”. Real Asociación Española de Cronistas Españoles.
En http://www.cronistasoficiales.com/?p=123984
“Campo de Criptana: vista de la parte posterior y ruinas antiguas de la ermita del Santo Cristo de Villajos”. Vida Manchega, revista semanal ilustrada. Año VI, nº 175, (1917).
https://www.rutadelvinodelamancha.com/campo-de-criptana/ermita-del-cristo-de-villajos/
