En el marco de la operación ‘Eyes-Drug’, la Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal que operaba en varias provincias de la geografía nacional por delitos de integración a organización criminal, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas.
Dicha operación ha sido presentada esta mañana en la Comandancia de Ciudad Real por el subdelegado del Gobierno, David Broceño, acompañado del jefe de la Comandancia, el coronel Juan Antonio Valle.
La presente investigación se inició en el pasado mes de agosto de 2024, por el Equipo de Policía Judicial y el Equipo Roca de Valdepeñas, teniendo su origen a principios del mes de enero del año 2024, como consecuencia de haber recibido informaciones, sobre una posible organización criminal ubicada en Madrid capital, la cual estaba abasteciendo de cocaína a pequeños traficantes asentados en la provincia de Ciudad Real.

En este sentido, la investigación embrionaria empezó poniendo el foco sobre el control de actividades de varias personas consumidores de sustancias estupefacientes, principalmente de cocaína, ubicadas en varias de las localidades de la provincia de Ciudad Real, con el fin de comprobar su verdadera identidad, ubicación y lugares donde estaban comprando las dosis diarias, al objeto de poder llegar por esta vía hasta los primeros escalones de la citada organización criminal.
Fruto de las vigilancias y gestiones realizadas durante semanas, se pudo averiguar que varios de los investigados se estaban dedicando al menudeo con sustancias estupefacientes, logrando conseguir identificar a uno en particular de mayor relevancia y envergadura que el resto, lo que debido a las continuas actividades sospechosas que estaba llevando a cabo, se alejaba de una actividad de menor relevancia, apreciándose que se dedicaba abastecer a otros pequeños traficantes de cocaína, en distintas localidades de la provincia, así como también se pudo comprobar que ya le constaban antecedentes policiales por tráfico de drogas.
A raíz de ello, en un primer momento se centró la investigación sobre dicha persona y las de su entorno, y tras continuas vigilancias realizadas, se logró identificar a una segunda persona en varias reuniones y transacciones de droga en Ciudad Real capital, averiguándose que esta persona estaba afincada en el barrio de Villaverde de Madrid, corroborándose en breve espacio de tiempo que era una mula, utilizada por la organización encargado de hacer llegar la cocaína a Ciudad Real.

En apenas varios días se consiguió localizar, centrándose las vigilancias sobre este, su entorno y actividades diarias, verificando, que formaba parte de todo un entramado delictivo bajo una definida y perfecta organización criminal asentada en Madrid capital, dedicada a la introducción, almacenaje y distribución de cocaína en cantidades de especial relevancia en la provincia de Madrid y fuera de esta.
Por medio de las vigilancias diarias realizadas en varias provincias simultáneamente, se fueron identificando paulatinamente a todos los miembros de la organización criminal llegando a localizar e identificar incluso al jefe de la organización en Madrid capital, el punto de reunión y piso caletado desde donde partía toda la droga a diferentes puntos de la geografía española.
Así pues, con la incautación de forma paulatina de varios kilogramos de cocaína, hachís y dinero en las provincias de Zaragoza y Coruña a varias de las citadas mulas en algunos de los viajes que realizaron, se fueron afianzado con pruebas objetivas todos los extremos anteriores, los cuales una vez detenidos estos ingresaron inmediatamente en prisión, no cesando la organización en su actividad criminal, sustituyendo rápidamente a las personas que iban cayendo por otras con las mismas misiones que los anteriores.
Modus Operandi
La organización tenía una nave alquilada bajo la actividad ficticia de elaboración y reciclado de cartones en un polígono industrial en la provincia de Madrid, donde llegaba la droga camuflada en cartones. Después la llevaban paulatinamente a un piso caleta que era custodiado o vigilado las 24 horas del día por una persona, que también era el encargado de suministrar la droga a diferentes mulas que eran los encargados de llevar la droga a otros traficantes a otras provincias de la geografía española y localidades de Madrid. Estas personas cobraban una cantidad de dinero en función de la distancia del viaje y la cantidad de droga que tuvieran que transportar, regresando con el dinero. También se pudo averiguar que a dicha vivienda iban otros traficantes para comprar allí la droga en cantidades de especial consideración.
La organización criminal estaba compuesta de forma jerarquizada por varios escalones. El jefe de la organización que era el encargado de contactar con las personas que le abastecían a él de droga y con otros traficantes para vendérsela a su vez. Un escalón más bajo tenía unas personas que trabajaban para él proporcionándole clientes de diferentes puntos de España, así como toda la logística e infraestructura (naves, vehículos, lugares de reunión etc.), y a su vez tenía otras personas para la distribución, que eran los identificados como mulas los cuales viajaban en coches con caletas para la ocultación de la droga, dinero y algún tipo de arma corta para defenderse de posibles vuelcos. Eras constantes las medidas de seguridad adoptadas por la organización en sus desplazamientos, utilizando vehículos con alojamientos ocultos con sofisticados mecanismos para la apertura y cierre (caletas), y comunicaciones a través de aplicaciones encriptadas de mensajería.
Explotación de la operación
Una vez que fueron identificados todos los escalones de la organización, así como los lugares donde guardaban la droga, se realizaron simultáneamente con la respectiva Autorización Judicial hasta 15 entradas y registros coordinadas en varias provincias, Ciudad Real, Toledo, Madrid y Albacete, en la que participaron cerca de 200 efectivos de distintas unidades de investigación e intervención de la Guardia Civil y con la colaboración también de la Brigada de Estupefacientes de la Policía Nacional de Albacete, en los investigados en esa capital, con la cual estuvo varios meses colaborando al objeto de poder identificarlos y detenerlos.
Como resultado final de la operación se han detenido 31 personas, por delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, pasando 17 individuos a prisión.
Efectos recuperados o intervenidos
- 136 kilogramos de cocaína
- 11 kilogramos de hachís
- 3 kilogramos de marihuana
- 231.530 euros en metálico
- 5 armas cortas
- Básculas de precisión, prensas para moldear los bloques de droga, efectos para la manipulación, adulteración y embalaje de la cocaína
- 7 vehículos
- Material informático y teléfonos
Una de las operaciones más importantes en la provincia en los últimos años
En la presentación de la operación, el subdelegado del Gobierno en Ciudad Real, David Broceño, ha destacado la relevancia de esta operación, “una de las más importantes coordinadas desde nuestra provincia en los últimos años”, que ha permitido desmantelar una red criminal perfectamente estructurada y profesionalizada, con base en Madrid y ramificaciones en otras provincias como Ciudad Real, Toledo y Albacete.
La operación Eyes-Drug representa un éxito operativo de gran relevancia. No sólo ha permitido desmantelar una organización criminal perfectamente estructurada, sino que ha cortado un canal de distribución que afectaba de forma directa a la salud pública y a la seguridad en varias comunidades autónomas.
“Este golpe al narcotráfico demuestra la importancia de la labor investigadora, la cooperación entre unidades y la capacidad operativa de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado” ha destacado Broceño.
Compromiso institucional con la seguridad
El subdelegado ha remarcado el compromiso del Gobierno de España con la seguridad ciudadana, subrayando que desde 2018 la plantilla de la Guardia Civil en Castilla-La Mancha ha aumentado un 7%, y que en los próximos meses se sumarán nuevos agentes gracias a la oferta pública de empleo que contempla más de 2.700 plazas a nivel nacional.
Asimismo, David Broceño ha agradecido la profesionalidad de todos los efectivos de la Guardia Civil y la colaboración de la Policía Nacional en Albacete, poniendo en valor “el esfuerzo silencioso de quienes trabajan cada día por la seguridad de nuestras calles, barrios y pueblos”.
Mensaje claro a la ciudadanía
“La operación Eyes-Drug demuestra que el Estado actúa, protege y no da espacio a la impunidad”, ha afirmado el subdelegado. “Seguiremos trabajando con unidad, firmeza y determinación para garantizar el bienestar, la libertad y la seguridad de toda la ciudadanía”.