viernes. 22.11.2024

Las fiestas en honor a San Blas se desquitaron de los dos años de ausencia por la pandemia y brillaron en este 2023. El tiempo acompañó y la cofradía del santo protector de enfermedades de garganta vendió más de 10.000 rosquillas de pan. Alta participación tanto en la hoguera como en la procesión, en la que participó el alcalde. Julián Nieva anunció mejoras en el interior y en el entorno de la ermita.

San Blas congregó a centenares de fieles con motivo de la tradicional procesión que volvió a recorrer las calles de Manzanares en la tarde de su festividad, el 3 de febrero. Lo hacía tras dos años de ausencia. En las fiestas de este año, la cofradía del santo médico, obispo y mártir volvió a contar con el activo apoyo de la asociación vecinal del barrio, del colectivo cultural ‘El Zaque’ y del Ayuntamiento en el objetivo común de recuperar y potenciar las tradiciones “para engrandecer la hermandad, el barrio y la asociación” dijo su presidente, Andrés Roncero.

El alcalde, Julián Nieva, encabezó la representación municipal que participó en la procesión, en la que también lo hicieron cofrades de todas las hermandades religiosas de la localidad, miembros de la asociación vecinal del barrio de San Blas y de ‘El Zaque’ con los típicos blusones o con capa y sombrero castellanos, sin faltar niños y niñas con trajes manchegos. Y, tras la imagen del santo, el sacerdote Benito Huertas. A lo largo del itinerario por su tradicional ‘carrera’, el acompañamiento musical lo puso la banda de música ‘Julián Sánchez-Maroto’, dirigida para la ocasión por Pablo Nieto-Sandoval.

La procesión, en la soleada y templada tarde del viernes 3, puso fin al ciclo festivo de los ‘santos viejos’. Un día antes, en la víspera de San Blas, a las ocho de la tarde y bajo la supervisión de voluntarios de Protección Civil se prendió la gran hoguera en su honor frente a la ermita, por la que también pasaron muchos devotos a ver la reliquia del santo que posee su hermandad.

Fuera, también tras dos años sin poder hacerlo, se prepararon las viandas típicas para asar sobre las ascuas en una tradición que se echaba de menos y sorprende y gusta a quien la vive por primera vez. “Vengo de Barcelona, aunque soy de Manzanares y me vuelvo a vivir aquí tras jubilarme, pero no la conocía y me gusta”, dijo uno de los asistentes. Otros no ocultaban la alegría de volver a vivir este ambiente tras el paréntesis del Covid.

Eso sí, para disfrutar como se merece de las hogueras de los ‘santos viejos’ de Manzanares hay que ir bien preparado: parrilla, pan, panceta, chorizos, morcillas y bebida. Este ‘kit’ fundamental se completa con una pala con suplemento de astil para no quemarse al retirar de la hoguera las ascuas sobre las que realizar el asado.

En esta segunda noche del mes de febrero, además de cenar y de calentarse alrededor de la hoguera, también se pudo entrar en calor con una iniciativa que la asociación de vecinos de San Blas y ‘El Zaque’ introdujeron hace unos años y que ya empieza a ser tradición: un sabroso y reconfortante vaso de caldo caliente. “No tiene raigambre todavía, pero es muy demandado y esperemos que siga adelante y se convierta en tradición”, explicó mientras calentaba el caldo Jerónimo Romero-Nieva, de la AAVV San Blas.

En total, se prepararon más de 80 litros de caldo que se degustó al simbólico precio de 50 céntimos. Pero lo que más se buscó estos días en San Blas fueron las tradicionales rosquillas de pan bendecidas. La cofradía encontró finalmente una panadería que pudo hacerlas y, gustaron tanto, que se vendieron más de 10.000 unidades. “Se venden como rosquillas”, bromeó José Luis Guillem, de la cofradía del santo, que agradeció la enorme respuesta registrada de personas tanto de Manzanares como de Membrilla y que hizo que cada día se agotaran las existencias.

Mejoras en el barrio

El alcalde de Manzanares, Julián Nieva, valoró de forma muy positiva la participación registrada en esta fiesta tradicional y destacó el vínculo que la cofradía de San Blas ha creado tanto con la asociación vecinal como con el colectivo ‘El Zaque’ para, en torno al santo, trabajar por este barrio. En ese sentido, el primer edil mantuvo en la mañana del viernes una reunión con ellos. “Todos pretendemos que el barrio esté en las mejores condiciones y son nuestros ojos aquí y nos trasladan sus inquietudes y preocupaciones”, afirmó el primer edil.

Y si en las últimas fiestas antes de la pandemia, las de 2020, la ermita lució la restauración de su fachada principal, financiada por el propio Ayuntamiento, Julián Nieva anunció que también se van a realizar mejoras en su interior y entorno. “Este equipo de gobierno es sensible a la historia y a las tradiciones”, añadió.

No será esta la única mejora que llegará al barrio de San Blas. Tras su aprobación en pleno, el Centro de Educación de Personas Adultas que se ubica en el antiguo colegio de San Blas será sustituido por otro nuevo que se construirá en un solar municipal cercano, en el propio barrio. Y la pretensión es que el terreno del actual tenga uso residencial “con parcelas que pondremos a disposición de los ciudadanos”, concluyó Nieva.

Hoguera y procesión de San Blas culminaron el ciclo festivo de los ‘santos viejos’ en...