El tórrido calor de este verano ha achicharrado distintos cultivos de nuestros campos. Sin embargo, no todos han sufrido igual el abrasador sol de los meses de julio y agosto. La temporada de melón y sandía está dando sus últimos coletazos con unos rendimientos muy beneficiosos para productores y almacenistas. Han sido los mejor parados en estos tiempos de inflación.
La incertidumbre marcó el inicio de la campaña de estas dos frutas de huerta, que vemos mucho por nuestra zona. El melón y la sandía han sufrido el alza de los precios en fertilizantes y abonos, plástico y el transporte. Se presentaba una campaña decente, pero la realidad ha sido mejor de lo previsto. “Hemos tenido una campaña muy estable con un nivel de precios medio-alto”, explicó el gerente de Dulcinea de La Mancha, Ramón García. Las altas temperaturas, tanto en España como en Europa, sumadas a la baja producción de estos productos han disparado el consumo y precio de los mismos.
“La campaña pasada fue muy larga y con unos precios más bajos”, declaró el gerente. Esta ha sido diferente en todos los aspectos. La sandía y el melón han registrado muy buenos precios en lonja. En la actualidad la sandía se encuentra entre los 80 y 60 céntimos el kilo, y el melón entre los 40 y 55 céntimos, según la lonja de Castilla-La Mancha. Un precio que el agricultor agradece tras el encarecimiento de los costes de producción, y que repercute en el consumidor.
El verano ha sido inmejorable para la crianza de estos productos. “Son frutas que necesitan una buena temperatura, y calor no nos ha faltado”, comentó García. La calidad en la que entran al almacén fue muy buena en el comienzo de la campaña y se ha mantenido durante el transcurso de la misma. La diferencia entre ambos es el destino final. El melón es un producto más dedicado al comercio local con poco tirón internacional, “el consumo está muy centrado en España, aunque sale algo a Francia y a países de centro-Europa”. La sandía, por su parte, es un producto con gran mercado internacional que se distribuye por toda Europa.
El calor ha sido el factor clave del éxito y el precio de la sandía. “El consumo se ha visto aumentado por el calor, si hubiese sido un verano como el pasado, más cálido y lluvioso en el centro de Europa, no habría tenido tanto tirón”, admitió el gerente. La valoración que se hace, tanto desde los almacenes como los agricultores, es muy positiva pese a ser una campaña algo más corta que la pasada, pero con unos precios muy superiores y con unos productos de calidad gracias a las condiciones óptimas que se han dado. “Ojalá y hubiera muchas así”, concluyó García.