Este año la vendimia se ha adelantado en algunas zonas de la provincia de Ciudad Real. Desde la segunda semana de agosto, los viñedos --también en otras zonas de Castilla-La Mancha-- plasman las consecuencias de la sequía y las altas temperaturas.
Se trata de una campaña que comenzaba con la recogida de las variedades Chardonnay, Verdejo y Moscatel grano menudo, entre otras. Agricultores y cooperativas de la región han experimentado las consecuencias de la falta de agua.
Es el caso de Matías y Raúl, dos agricultores que vuelcan la recogida en la Cooperativa Jesús del Perdón de Manzanares.
En una entrevista, los cultivadores aseguran que la sequía ha provocado que la viña brote con menos fuerza, adelantando así una recogida que años atrás, habría comenzado el 25 de agosto.
Además, prevén unas pérdidas de entre el 20 y el 25 por ciento "por las malas cosechas".
Así, las cooperativas han comenzado a cosechar variedades como la Chardonnay (de ciclo corto) en la madrugada del 7 de agosto. Seguidamente, se recogían la uva Tempranillo de secano y Verdejo, Tempranillos de regadíos y Macabeos.
En septiembre se ha previsto la recogida de la variedad Airén, Garnacha tintorera, Cabernet Sauvignon, Merlot y otras de ciclos largos.
"Este año habrá menos cosecha, la floración en Verdejo la ha hecho muy mal y el Macabeo la ha hecho bien, quien tenga Macabeo no tendrá mala cosecha", asegura Matías.
Sobre la variedad Chardonnay, cuenta que "se paga mejor que el Verdejo" y que la floración que ha tenido en su cultivo, "ha sido muy mala".
Así, explica que esto se debe a que no llovió en abril, "cuando la planta debe recibir el agua" y por tanto, al no tener esa preparación," la viña no tiene reservas y aunque brota, tira la floración". "Si en vez de haber llovido en junio, hubiera llovido en abril, se habría salvado más la cosecha", añade.
PREPARADOS PARA RECOGER LA UVA
La falta de lluvia y el calor han afectado al campo y las cooperativas "deben estar preparadas para recoger la uva", que debe llegar a la bodega "con unos 28 grados", explica Raúl.
"Nos levantamos a las 5 de la mañana para vendimiar, y antes de las 2 llevamos el producto con buen estado para hacer el vino". Así "la uva no se calienta porque está recogida desde la mañana", añade.
Para la campaña 2023-2024 en Castilla-La Mancha, se estima una cosecha de 20 millones de hectolitros de vino y mosto, un 12 por ciento por debajo de los casi 23 millones registrados en la última campaña.