No nos hace falta una bola de cristal para saber lo que vendrá.
La prórroga de la PAC, cada vez con más flexibilizaciones, cada año más sorprendentes; la bajada del IVA del aceite de oliva al 0 %, el stand by de la digitalización del sector agrario y ganadero y la receta fitosanitaria.
Suenan tambores de guerra comercial con China. España puede ser uno de los países afectados, por las tensiones económicas entre Europa y China. Los aranceles de importación para los vehículos eléctricos, también puede afectar al sector primario. El sector porcino ya se está viendo afectado.
Es más fácil acceder a las ayudas de la PAC, eliminando penalizaciones, por presentar solicitudes fuera de plazo. Y más oportunidades para el cumplimiento de las exigencias impuestas, tan difíciles de cumplir.
En la otra cara de la moneda, muchos agricultores han perdido dinero al no cumplir los requisitos de solicitud, pierden sus derechos y se quedan en el camino, junto con el batacazo a las subvenciones de agricultura ecológica por la falta de presupuesto. Muchos agricultores se han quedado fuera.
Nos encontraremos con subidas generalizadas, que se verán reflejadas en los bolsillos de los productores y de los consumidores. La sandía, y en especial, el melón, tendrán tendencias alcistas de los precios con diferencia a otros años. Los cereales abanderan las bajadas de precios, siendo la antítesis de lo anterior.
Aparece la figura de la receta fitosanitaria, que será digital, y la del prescriptor/a de productos fitosanitarios, un técnico/a competente.
¿Qué es la receta fitosanitaria?
Un documento, el cual será obligatorio, para toda aplicación de productos (fitosanitarios), químicos, biológicos y/o fertilizantes de uso agropecuario.
¿Y en qué consistirá?
La receta se realizará a partir de una consulta fitosanitaria, a cargo de un asesor de fitosanitarios, que es un ingeniero agrónomo o ingeniero agrícola que esté habilitado.
La misma establecerá qué producto se puede utilizar, la dosis adecuada y las condiciones de aplicación de acuerdo a la ubicación y otros aspectos a considerar de los cultivos.
Así se podrá asegurar que los agricultores (usuarios responsables y aplicadores profesionales) se encuentran protegidos dentro de las normas legales que correspondan, y darán una mayor garantía a la seguridad alimentaria de los alimentos que se producen.
En resumen, los ingenieros/as seremos los farmacéuticos del campo, al igual que como sucede en los medicamentos de uso humano y veterinario.
El cuaderno de campo digital será de carácter voluntario. Un Real Decreto modificará la normativa para establecer su voluntariedad. Datos con la administración, planes de abonado y uso sostenible de productos fitosanitarios serán modificados. Tendrá carácter retroactivo, si se publica después del 1 de septiembre, fecha en la que se aplicaban las obligaciones de cumplimiento.
Podemos ver claramente las dificultades de digitalización del sector primario, por falta de cualificación y de relevo generacional. Sin rodeos, ésta es la realidad del campo.
¿Éxito o fracaso de la digitalización?
A la nueva era digital le cuesta echar raíces, y la necesidad de adaptarse es fundamental para el futuro. Nos hace falta un hilo conductor, que sepa transferir lo tradicional con la innovación.