Por cuarto año consecutivo, la parroquia de Santa Catalina volvió a montar un belén viviente con un doble motivo: Hacer un guiño a la Navidad y recaudar dinero para Cáritas La Solana. Los grupos de catequesis y un gran número de voluntarios hicieron posible una actividad que, como de costumbre, congregó a una legión de seguidores. Originalidad, talento y solidaridad se unieron una vez más con el objetivo de ayudar a los más desfavorecidos.
Con caras llenas de ilusión y cierta inquietud, los chavales encarnaron las principales escenas del nacimiento de Jesús perfectamente caracterizados para la ocasión. A la entrada a los sótanos de la Casa de la Iglesia, se apreciaba la primera estampa correspondiente a El sueño de José. El recorrido continuaba con La visitación de la virgen a su prima Isabel, El nacimiento, La anunciación de los ángeles a los pastores, y concluía con La adoración de los Reyes Magos. La ruta guiaba a los visitantes hasta el patio de arriba, donde se instaló un mercadillo que vendía diferentes artículos a beneficio de Cáritas Interparroquial.
Manoli López, una de las coordinadoras del belén, reconoció el trabajo que llevaba aparejada esta actividad por el gran número de personas que moviliza. “Han participado un centenar de niños y niñas en el belén y otros también colaborarán en la caravana de Cáritas para pedir los donativos por todo el pueblo”. En declaraciones a Radio Horizonte, puso en valor la disposición de los chavales, algunos muy pequeños, y de sus familias. “Aquí trabaja todo el mundo, y lo hacemos con gusto por la causa que es”.
Y es que todo ese montaje tiene un fin concreto. “El objetivo principal es recaudar fondos para que Cáritas continúe su labor con los más necesitados”, reseñó Agustina Martínez, directora local de la institución mencionada. Por eso, se volvió a montar un mercadillo solidario donde se vendían muchos productos como adornos navideños o dulces. Como novedad, se dispensaron muchas raciones de chocolate con tortas. La segunda fuente de ingresos sería la caravana que recorrería las calles solaneras en busca de donativos. “Entre el belén y la caravana, podemos decir que se involucran unas doscientas personas entre niños, catequistas, voluntarios y alumnos secundaria que han elaborado jabones para venderlos aquí”.