La Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 1 de octubre como el Día Internacional de las Personas de Edad, con la intención de dar a nuestros mayores la importancia y el reconocimiento que merece una de las mejores generaciones de nuestra historia.
Especialmente preocupante es la situación de las personas mayores que viven en el medio rural, sobre todo de las mujeres, quienes a pesar de vivir más años lo hacen con peor salud.
Ellas tienen una mayor tendencia a sufrir ansiedad o depresión debido fundamentalmente a que han soportado la mayor parte del cuidado de personas mayores o enfermos crónicos.
Y también es importante destacar la gran soledad que sufren. Si miramos el cómputo total de ciudadanos de todas las edades que viven solos, que en España abarca un total de 4.732.400 personas, observamos un dato desgarrador: 1 de cada 3 españoles que vive solo es una mujer de 65 años o más.
Una soledad que se agrava a medida que avanza la edad, pues el 42,7% de mujeres con más de 85 años viven solas frente al 23,6% de los hombres de su misma edad.
Son ya muchas las ocasiones en las que he denunciado la especial vulnerabilidad de las personas mayores, especialmente las de las mujeres y residentes en el medio rural, Por todos estos motivos, como vicepresidenta de la Unión Europea de mayores y como presidenta nacional de AFAMMER quiero hacer un llamamiento a las instituciones para que desarrollen y promuevan los mecanismos necesarios para que nuestros mayores puedan vivir una vejez activa y en paz. Y también para romper con las diferentes brechas de género en la vejez.
Pues así lo merecen quienes apartaron sus diferencias para que hoy podamos contar con uno de los periodos de más estabilidad de nuestra historia.
“Poder envejecer es la mayor de las sabidurías y uno de los más difíciles capítulos del gran arte de vivir” Henri-FrédéricAmiel (1921-1881), filósofo y escritor suizo.