Vivimos en un mundo marcado por constantes cambios y desafíos en el que las familias, siguen permaneciendo como el pilar fundamental de nuestra sociedad. Es decir, como un faro de estabilidad y cohesión social que sigue adaptándose y resistiendo.
Este 15 de mayo se cumplen 30 años de la conmemoración del Día Internacional de las Familias. Una fecha proclamada por Naciones Unidas para reivindicar la importancia que esta institución tiene para todos los individuos y para la sociedad en general.
Un día que nos invita a reflexionar sobre el papel activo que esta institución ejerce en cada uno de nosotros y también sobre los grandes desafíos que afrontan. Pues el futuro de nuestra sociedad, depende del bienestar de las familias.
Desde hace años escuchamos diferentes voces que alertan que en Europa vivimos un verdadero “suicidio demográfico”. Según Eurostat, hasta 16 países de la Unión Europea tuvieron más muertes que nacimientos, entre ellos España.
Es innegable que la baja tasa de nacimientos está íntimamente relacionada con la falta de conciliación, que sigue siendo una de las grandes asignaturas para las familias.
Actualmente, más del 65% de los trabajadores en España reconocen tener problemas para conciliar y solo el 35% de la población ocupada afirma que le resulta fácil. Es decir, todavía nos queda un largo camino por recorrer en lo que a fomento de natalidad se refiere.
Los retos para las familias que residen en las zonas rurales se incrementan, teniendo en cuenta las altas tasas de envejecimiento, el elevado índice de la masculinidad o el arraigo de los roles de género que adjudica a las mujeres los trabajos domésticos y de cuidados y a los hombres el trabajo productivo.
Además, la falta de servicios e infraestructuras o las propias características del mercado laboral y del tejido empresarial del medio rural, dificultan la implementación de medidas que hagan posible que las mujeres puedan compatibilizar su vida personal, familiar y laboral.
Mujeres que se ven obligadas a marcharse a la ciudad ante la falta de oportunidades que su propio entorno le niega y que se llevan a sus familias con ellas.
La Estrategia Europea de los Cuidados supone una herramienta para corregir esta brecha que afecta a nuestras familias y a la sociedad en su conjunto. Pues contiene una gran hoja de ruta para garantizar servicios de atención de calidad, asequibles y accesibles en toda la Unión Europea y mejorar la situación de las personas que reciben los cuidados, y también a las personas cuidadoras.
La familia es la brújula que nos guía y nos impulsa a conseguir nuestras metas. Es la primera escuela donde nos desarrollamos como seres humanos y que nos inculca valores tan primordiales como son la solidaridad y la necesidad de respetarnos los unos a los otros.
Por todos estos motivos, tenemos que garantizar su bienestar y su desarrollo integral, prioridad ineludible para cualquier sociedad que aspire a un futuro justo y próspero. ¡Feliz día familias!