Hoy, 9 de septiembre, conmemoramos el Día Internacional para la Prevención de los Trastornos del Espectro del Alcoholismo Fetal (TEAF), un término que hace referencia a una serie de afectaciones que una persona puede tener si su madre bebe alcohol durante el embarazo. Hablamos de alteraciones que pueden afectar a las capacidades físicas y cognitivas, así como problemas de conducta y de aprendizaje.
Hace 4 años, en mi calidad de diputada nacional del Partido Popular y presidenta de la comisión mixta para el estudio del problema de las drogas encabecé la elaboración de una Proposición No de Ley, en la que instaba al Gobierno de la nación a reconocer este trastorno como una discapacidad, elaborar un estudio estadístico para determinar el número de pacientes que padecen TEAF, así como la elaboración de un protocolo de actuación sanitaria, que permita la detección precoz de nuevos casos, con el objetivo de acompañar a los perjudicados, mejorando su calidad de vida, entre otras apelaciones.
Los estudios determinan que uno de cada diez recién nacidos tiene un alto riesgo de padecer TEAF, cuya incidencia global se calcula que afecta a un 3% de la población. Según un informe al respecto elaborado por la Unidad de Salud Medioambiental, la mitad de las madres ingieren alcohol en algún momento del embarazo, en muchos de los casos, cuando todavía no son conscientes de que están embarazadas. Es por ello que resulta necesario crear conciencia y divulgar las consecuencias del consumo de alcohol entre los más jóvenes, para prevenir nuevos casos de TEAF, y de jóvenes que arriesgan su vida por la ingesta de alcohol.
Tenemos que llevar a cabo una reflexión social, cuando comprobamos que un tercio de los menores de 17 años siguen afirmando emborracharse una vez al mes, mientras que tan solo 3 de cada 10 menores dicen no haber consumido nunca bebidas alcohólicas.
El Trastorno Alcohólico Fetal es un atentado evitable, cuya prevención más eficaz es el uso de los buenos hábitos en la que todos somos responsables de adquirirlos como sociedad global y potenciarlos como costumbre, porque no hay mejor solución a los problemas que evitándolos con antelación y suficiencia.
Debemos poner a disposición de la juventud todas las herramientas para prevenir el consumo de alcohol, que estamos convencidos, supondrá un pilar importante con el que poder proteger su vida y el futuro de la sociedad.