23 de junio de 2022, 17:29
Hablar de servicios públicos en Castilla-La Mancha es hablar de unos de los principales elementos vertebradores de nuestra sociedad, cuya extensión hasta el último rincón de nuestro territorio en estos últimos cuarenta años de autonomía ha permitido fortalecer y consolidar la cohesión social en la Comunidad Autónoma. Hace cuatro décadas, muchos pueblos carecían de lo más elemental, como agua corriente, luz eléctrica, teléfono o señal de televisión, donde lo público era residual, y ahora todas las localidades de la región disponen de una sanidad pública moderna y de calidad, una educación pública que persigue la excelencia o unos servicios sociales que atienden con garantías a las personas más vulnerables.
Unos avances en el ámbito de la administración pública que desde el Gobierno de Castilla-La Mancha nos hemos empeñado en mejorar cada día, con el objetivo de cumplir el compromiso que nos hemos dado de garantizar la igualdad en la prestación de servicios públicos, independientemente del lugar de residencia, y teniendo en cuenta la dificultad y complejidad de esa tarea, ya que tenemos un territorio muy extenso que ocupa una superficie de 80.000 kilómetros cuadrados, mayor que 14 países de la Unión Europea.
Los servicios públicos deben ser garantes de la igualdad, no entre los castellanomanchegos y castellanomanchegas, sino entre los españoles y españolas, y por eso debe haber un pacto de toda la sociedad, del conjunto de la ciudadanía y de los poderes públicos para hacer cumplir este principio constitucional. Desde Castilla-La Mancha lo estamos haciendo, incrementando cada año el gasto público en los servicios públicos fundamentales, como son la sanidad, la educación y los servicios sociales, con más personal y servicios, porque creemos en la igualdad efectiva de cada ciudadano y ciudadana.
Una tarea que sería imposible acometer sin el esfuerzo, el compromiso y la implicación de cada uno de los empleados y empleadas públicas que trabajan en Castilla-La Mancha, cuya firme vocación de servicio público ha sido patente en muchos de los acontecimientos extraordinarios que como sociedad hemos vivido en los últimos años y que han puesto en valor la importancia de contar con unos servicios públicos fuertes y eficientes.
Por eso, en el Día Internacional de la Administración Pública que las Naciones Unidas instauró para reconocer la contribución de servicio público a la sociedad y a su desarrollo, y que se celebra cada 23 de junio, quiero expresar mi agradecimiento y el de mi Gobierno a estos miles de trabajadores y trabajadoras que llevan a cabo su labor diaria en el sector público, pues sin ellos y ellas viviríamos en una sociedad menos justa, solidaria e igualitaria.
Unos avances en el ámbito de la administración pública que desde el Gobierno de Castilla-La Mancha nos hemos empeñado en mejorar cada día, con el objetivo de cumplir el compromiso que nos hemos dado de garantizar la igualdad en la prestación de servicios públicos, independientemente del lugar de residencia, y teniendo en cuenta la dificultad y complejidad de esa tarea, ya que tenemos un territorio muy extenso que ocupa una superficie de 80.000 kilómetros cuadrados, mayor que 14 países de la Unión Europea.
Los servicios públicos deben ser garantes de la igualdad, no entre los castellanomanchegos y castellanomanchegas, sino entre los españoles y españolas, y por eso debe haber un pacto de toda la sociedad, del conjunto de la ciudadanía y de los poderes públicos para hacer cumplir este principio constitucional. Desde Castilla-La Mancha lo estamos haciendo, incrementando cada año el gasto público en los servicios públicos fundamentales, como son la sanidad, la educación y los servicios sociales, con más personal y servicios, porque creemos en la igualdad efectiva de cada ciudadano y ciudadana.
Una tarea que sería imposible acometer sin el esfuerzo, el compromiso y la implicación de cada uno de los empleados y empleadas públicas que trabajan en Castilla-La Mancha, cuya firme vocación de servicio público ha sido patente en muchos de los acontecimientos extraordinarios que como sociedad hemos vivido en los últimos años y que han puesto en valor la importancia de contar con unos servicios públicos fuertes y eficientes.
Por eso, en el Día Internacional de la Administración Pública que las Naciones Unidas instauró para reconocer la contribución de servicio público a la sociedad y a su desarrollo, y que se celebra cada 23 de junio, quiero expresar mi agradecimiento y el de mi Gobierno a estos miles de trabajadores y trabajadoras que llevan a cabo su labor diaria en el sector público, pues sin ellos y ellas viviríamos en una sociedad menos justa, solidaria e igualitaria.