El Banco de Tiempo de la Concejalía de Acción Social del Ayuntamiento de Ciudad Real celebró el pasado domingo la segunda edición del “Mercadillo de Trueque”, con el que pretende potenciar entre los socios de este Banco de Tiempo el consumo colaborativo, compartir y reutilizar recursos sin dinero de por medio.
En el desarrollo de esta actividad, que ha tenido lugar en el Centro Social Larache, se ha contado con la participación de un numeroso grupo de socios que han aportado todo tipo de objetos y artículos que han sido expuestos en cinco estands clasificados en libros, CD y DVD; ropa, textil y complementos; un tercero dedicado a decoración y menaje; así como otro a pequeño electrodoméstico y tecnología; y un quinto a “varios”.
La recepción de los objetos se ha ido realizando a media mañana por una “comisión de tasación” integrada por socios voluntarios, que han ido clasificando y tasando los bienes aportados, entregando a cambio moneda social “BDT”, sin valor dinerario, y con los que posteriormente se podía adquirir en el mercado de trueque los objetos expuestos.
Según las responsables del evento, las trabajadoras de Acción Social, Rosa Sánchez, y Susana Ruiz, con el mercadillo de trueque se pretende establecer un modelo de intercambio sin dinero, distinto al modelo actual de “comprar, usar y tirar”, reivindicando el consumo responsable y ofreciendo una vida útil a los productos imperecederos de consumo habitual, colaborando de este modo en la reducción de residuos y mejorando la cultura de la reutilización. Además, esta jornada se enmarca dentro de las actividades que a lo largo del año lleva a cabo el BdT para fomentar la convivencia vecinal y restablecer relaciones de confianza y apoyo mutuo.
El Mercadillo de Trueque se encuadra dentro del marco de la economía circular, dentro de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030, como modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende, se evita la sobreexplotación de los recursos naturales y a la contaminación del planeta.