Lourdes y Josefa no son nombres cualquiera. Son mujeres valiosas que se enfrentan al difícil reto de vivir con cáncer de mama metastásico. Por ello, merecen dos cosas fundamentales. Una es valorativa: admiración; la otra es más pragmática: apoyo. Lourdes y Josefa representan dos ejemplos tangibles de la realidad que hay detrás de esta enfermedad, que este viernes celebró su día internacional.
Con tal motivo, la Asociación de Cáncer Mama Metastásico (CMM) organizó una concentración en la Plaza Mayor, que incluyó la lectura de un manifiesto. Lo hizo en colaboración con la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de La Solana y la Delegación Provincial de Bienestar Social. Allí, varias decenas de personas se reunieron para recordar el sufrimiento y la resiliencia de las mujeres afectadas, también para evocar a las que ya no están, pero igualmente para reivindicar más investigación y más medios.
La primera en intervenir fue la alcaldesa. Luisa Márquez. “Es importante estar aquí para pedir que de una vez se empiecen a conseguir más fondos de investigación y se de visibilidad a este tipo de enfermedades, que van acompañadas por un proceso de incertidumbre”.
Después, la concejala de Igualdad, Toñi Ramos, habló de un tipo de cáncer “que pasa desapercibido para la sociedad y desde la asociación luchan por y para que deje de ser llamado cáncer invisible o silencioso”. Elogió el trabajo que se hace desde el colectivo, empeñado en dar a conocer la realidad social y promover nuevas líneas de investigación. Pero insistió en la necesidad de destinar más recursos económicos y empoderar al paciente. “Debemos apoyar desde las instituciones públicas”, reclamó. En este sentido, recordó que el Ayuntamiento había querido unirse a esta iniciativa para hacerla más visible, tanto en ese acto público como iluminando la fachada del consistorio y difundiendo información en redes.
María José Nieto, portavoz de la asociación en La Solana, leyó un manifiesto cuyo fin era ayudar a concienciar sobre lo que supone esta enfermedad y la necesidad de que la investigación avance para mejorar la supervivencia y calidad de vida de las afectadas. A modo de metáfora, puso el ejemplo de María, que se topó con el diagnóstico y el mundo se le vino encima. Por desgracia, hay muchas Marías que todos los días ven cómo su vida cambia en un santiamén. Sin embargo, más allá de los ánimos y la buena disposición, subyace la cruda realidad. “La actitud ayuda, pero no cura, y esa realidad hace que (María) se sienta muy lejos de esas palabras”. “Su realidad es vivir pendiente de los tratamientos que puedan frenar el avance de su enfermedad”.
Desde la ACMM son muy conscientes de que nos hallamos ante una dolencia incurable, de modo que su trabajo va dirigido a conseguir curarla, o al menos cronificarla, “y reclamando apoyo político y social”. “Necesitamos incrementar el presupuesto para desarrollar nuevas opciones terapéuticas, tener acceso a centros oncológicos especializados sin importar el lugar de residencia y a equipos multidisciplinares que favorezcan una atención integral”. “Necesitamos acciones concretas, y no palabras, para logar nuestros objetivos”. El manifiesto no olvidó a aquellas mujeres que no pudieron superar la enfermedad. “Aquellas estrellas que hoy no pueden estar aquí”.