La Solana tendrá un centro de Formación Profesional dual a partir del curso 2025-2026. Así lo ha anunciado la alcaldesa, Luisa Márquez, tras el acuerdo alcanzado entre la Fundación Benéfica ‘Legado Bustillo’ y EFAS (Escuelas Familiares Agrarias). Se trata de un ambicioso proyecto educativo que pretende convertir al municipio en un epicentro para la enseñanza de determinadas especialidades formativas relacionadas con el medio rural, y que se encuadra en el plan estratégico presentado por la fundación a principios de año. Se impartirán ciclos básicos, medios y superiores, amén de titulaciones de profesionalidad y otros cursos. La estimación es que el nuevo centro, que estará ubicado en el Centro de Nuevas Tecnologías ‘Petra Mateos’, tenga entre 400 y 600 alumnos.
En su calidad de presidenta de la Fundación Legado Bustillo, Luisa Márquez hizo este importante anuncio junto a Pedro Barahona, director general de los Centros de Formación Profesional EFAS de CLM y Madrid. Confirmó que se llamará Centro de Estudios Agrarios y Medioambientales ‘Cibeles’, y que tendrá tres vertientes: un centro de formación profesional, un centro para profesionales (complementario del anterior) y otro centro tecnológico de investigación. El objetivo es iniciar las clases en septiembre de 2025, previo visto bueno de las administraciones pertinentes en materia de homologación y autorizaciones.
“Aquello que algunos tildaron de brindis al sol, ya es una realidad”, declaró la regidora en una concurrida rueda de prensa. Visiblemente contenta, explicó que este centro “permitirá a jóvenes de La Solana y de toda la comarca formarse y poder crear su futuro desde nuestra casa”. Eso sí, aclaró que el proyecto necesita todavía el visto bueno de la Consejería de Educación para la concertación oportuna. Elogió el papel educativo y formativo de la red de EFAS durante más de 50 años, con muchos solaneros y solaneros formados en sus aulas, y destacó su apoyo a familias, empresas e instituciones de las comarcas donde opera. “Esto se adapta perfectamente a los principios y valores de la Fundación Legado Bustillo”, subrayó.
El nuevo centro de FP tendrá su sede en el Centro de Nuevas Tecnologías ‘Petra Mateos’, que el Ayuntamiento cederá al Legado Bustillo para los próximos 25 años, y que compartirá con el centro de educación de adultos. “Será un centro pionero en la capacitación profesional de nuestros jóvenes en relación a nuestro medio natural”.
Se expedirán certificados de profesionalidad, que son títulos de formación para el empleo no reglados, pero sí reconocidos por el Estado mediante la convalidación de módulos de FP, recordó la regidora. También se ofrecerán titulaciones para el desarrollo de profesiones relacionadas con el medio rural, amén de formación para profesionales en activo, muchos exclusivos en la zona, incluso de toda la región.
Grados formativos previstos
En cuanto a los ciclos formativos que se impartirán, hay un ciclo básico de actividades agropecuarias, único en Castilla-La Mancha, más tres ciclos medios, uno sobre producción agroecológica, otro de electromecánico de maquinaria y uno más de guía en el medio natural y tiempo libre. También se impartirá un grado superior en ganadería y asistencia a sanidad animal, que a día de hoy solamente se encuentra en Talavera y Albacete, más paisajismo y medio rural solo disponible en Talavera y Toledo. En cuanto a los certificados de profesionalidad, habrá tres niveles en función de su complejidad y de un año de duración. Se ofertarán certificados para auxiliares en actividades agrícolas, en ganadería y en almacén. Finalmente, también habrá un certificado de nivel 2 para actividades de venta. Y por último, no faltarán titulaciones que habiliten para otros trabajos, entre ellos transportista de animales, guarda rural, operario de carretillas o grúa.
Una apuesta valiente
Pedro Barahona admitió su ilusión por este proyecto, entre otras cosas porque EFAS abrió su último centro en 1998. “Es un proyecto social, que busca promover una formación profesional y personal integral de las personas de zonas rurales, para adquirir un liderazgo con el que transformar la sociedad en la que viven”. Según dijo, el apoyo de familias, empresas e instituciones ha sido clave desde que se abrió la primera EFA en 1967. Sobre su aterrizaje en La Solana, no ocultó que es una apuesta valiente, básicamente por las dificultades añadidas de impulsar un centro de FP en un área rural. Sin embargo, destacó la mediación de una entidad como el Legado Bustillo y puso el acento en que la génesis principal de las EFAS es cubrir las necesidades de la zona donde se asienta. “No entendemos que una EFA tenga una oferta formativa desvinculada de la realidad del territorio”.
Recordó que su organización imparte un total de 37 titulaciones de FP y tiene autorizados más de 200 titulaciones de profesionalidad, con más de 2.500 alumnos al año y la colaboración de 800 empresas gracias al sistema de alternancia educativa. Son 24 EFAS asociadas en toda España. Otro elemento importante es combatir la despoblación.
Apuesta por La Solana
A preguntas de los periodistas, Barahona justificó su apuesta por La Solana. “Venimos aquí porque ha habido gente de La Solana que lo ha pedido; ha habido un impulso social para conseguirlo”. En cuanto al tamaño del centro, el objetivo es alcanzar una matriculación de entre 400 y 600 alumnos para los ciclos de FP, sin contar los certificados de profesionalidad y otros cursos. El claustro de profesores oscilará en 20 y 40. Y preguntado también por las posibilidades de inserción laboral de los futuros alumnos, fue taxativo: “En las EFAS hay ramas como la sanitaria o la electromecánica con un cien por cien de ocupación al terminar los estudios, y algo parecido con las enseñanzas agrarias”. En cualquier caso, resaltó que la opción primera es el emprendimiento. “Cada vez tenemos más alumnos que intentan lanzar su negocio”. Reveló que están en contacto con una entidad bancaria –que no especificó- para “financiar sin avales a los alumnos que terminen y tengan un proyecto viable de empresa”.
Por último, Luisa Márquez insistió en la necesidad de formar a nuestros jóvenes como garantía de futuro. “Es una realidad que tenemos retos como el cambio climático, la despoblación, la legislación restrictiva o la tecnología aplicada, que influyen en la forma de trabajar la tierra y de vivir como hasta ahora”. “Buscamos formarnos para anticiparnos a todos estos retos y cambios”. “Queremos seguir siendo los únicos dueños de nuestro futuro”.