miércoles. 02.04.2025

Entre la desvergüenza y la ineptitud

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Presentación de la obra

Ha vuelto a hablar VOX a través de una desafortunada nota de prensa. Parece que navegara sin rumbo asiéndose, ora a la desfachatez, ora a la incompetencia, haciendo de la ignominia su razón de ser. Porque, con esa nota de prensa, a colación del estreno hoy de la obra Alicia en el País de las Maravillas a cargo de Narea, ha llegado a límites que rozan lo patológico. Porque la cordura en ese grupo, ni está, ni se le espera. Y lo más grave son las dudas que dejan en el aire; sobre el mundo de la cultura (ya sabemos que para esta formación el saber es peligroso); y sobre la contratación pública hecha por un equipo de gobierno al que pertenecían hace poco tiempo (que denuncien si de verdad lo creen).

Haciendo autocrítica, como sociedad deberíamos haber dicho basta ante la aparición de  discursos de negación de lo evidente y de sembrar dudas sobre nuestro sector cultural que políticos como el portavoz Ricardo Chamorro realizan. En este caso, lo hacemos como parte de esa sociedad y como parte de un sector al que demoniza, ya uno no sabe si por desvergüenza o por ineptitud.

Dice VOX que “es inaceptable que el dinero de los ciudadrealeños se destine a duplicar subvenciones”, argumentando que la obra de la compañía Narea ya ha recibido subvención de la Junta y que, por tanto, contratarla es duplicar la misma. ¿De verdad? ¿de verdad hay que aguantar esto? Vamos a explicarlo clarito para que a nadie le quepan dudas. Una compañía recibe una subvención para realizar una producción, el producto es una obra de teatro de la que se hacen representaciones, en cada representación se mueve un material y un personal que hay que pagar (sueldos, desplazamientos, impuestos -sí, impuestos-) y ese producto se cobra. Otras veces el producto es un coche, el estado subvenciona a la empresa que los fabrica, y esta los vende (no los regala) a quien lo compra. ¿Qué se gana con esas subvenciones (teatro, automoción, campo…)? Que el producto le salga más barato al consumidor. Es decir, y volvemos a Alicia, si la Junta no hubiese subvencionado la producción, la realización del producto le hubiera costado más a la empresa (porque hablamos de una empresa, a ver si así se enteran de una vez), con lo que el precio de venta del producto (entrada o contratación de la función teatral) hubiese sido mayor, porque la empresa debería rentabilizar más dinero.

Y eso es todo. Te gustará más o menos el teatro o una determinada función, como te gustará más un concierto de Indie, o una corrida de toros. Pero los hechos son los hechos, y las contrataciones también.

Pero antes de irnos recordemos otra frase de esa inefable y peligrosa nota de prensa: “Alguien se lo está llevando calentito” ¿y lo dice VOX sobre diez mil euros pagados para cuatro funciones de teatro? ¿VOX, que fue (con beneplácito del señor alcalde) quien pagó 300.000 euros a una sola empresa y que no fue medio millón porque el Partido Socialista paró la dudosa contratación que quería hacer con la misma empresa? ¿VOX, que desde la concejalía de Festejos contrató sin contrato? ¿lo dicen porque saben que es lo ‘calentito’?

El señor Chamorro y su troupe deberían salir de unas instituciones que no se merecen tanta zafiedad.
Entre la desvergüenza y la ineptitud