viernes. 22.11.2024

Un equipo científico ha elaborado un biocombustible con un 55% menos de hollín a partir de pieles de naranjas como alternativa viable a los combustibles tradicionales.

Este equipo, que conforman investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), ha empleado residuos de la industria frutícola para extraer aceite de naranja y analizar su potencial como combustible para biorreactores.

Los resultados obtenidos han demostrado que este aceite constituye una alternativa viable para ser mezclado hasta en un 15% con combustible para aviones, sin acarrear ningún inconveniente para el rendimiento de los vehículos y cumpliendo todos los requisitos de las normas de aviación. Además, según ha informado la UPM, este biocombustible ha sido tratado para disminuir la formación de hollín por lo que su empleo ayudaría a reducir las emisiones contaminantes de los combustibles actuales.

La industria frutícola produce hasta 30 millones de toneladas de subproductos y residuos que tienen que ser gestionados para evitar problemas económicos y medioambientales. Asimismo, la alta cantidad de terpenos que poseen permite que sean transformados en biocombustibles adecuados para la mezcla con carburantes convencionales y que se pueden emplear tanto aviación como en automoción.

Los investigadores han afirmado que el aceite derivado de la industria del zumo podría sustituir al 0,1% o al 0,02% del queroseno y del diésel que se consumieron en España en 2019. No obstante, también han matizado que la incorporación del aceite de naranja al mercado de los biocombustibles no bastaría para cumplir los objetivos de reducción de emisiones contaminantes para atenuar los efectos del cambio climático, pero sí ayudaría.

Del mismo modo, el empleo de recursos autóctonos de cada país facilita la seguridad de abastecimiento frente a las materias primas importadas y aumenta el desarrollo industrial y económico a nivel regional.

Según ha señalado la UPM, el aceite de naranja, que principalmente está constituido por D-limoneno, se podría emplear como biocombustible en aviación y en automoción por sus excelente densidad, poder calorífico y propiedades de flujo en frío. No obstante, han indicado que la elevada tendencia a la formación de hollín de este residuo durante su combustión hace precisa su transformación mediante el proceso químico de hidrogenación.

"La principal ventaja de este proceso es que la hidrogenación completa del combustible permite reducir su emisión de hollín un 55 %, según hemos comprobado en nuestro estudio", ha señalado el investigador de la ETS de Ingeniería Industrial de la Universidad de Castilla-La Mancha, David Donoso.

El uso de la gran mayoría de los subproductos de la industria frutícola hace aumentar su competitividad. La investigación señala que el aceite de naranja residual tiene varias aplicaciones como la alimentación, cosmética y farmacia. Aún así, también podrían aprovecharse los residuos derivados del consumo alimenticio de naranjas y del desperdicio de naranjas en mal estado en los campos de cultivo.

Del mismo modo, la universidad ha destacado la posibilidad de emplear otros cítricos (limón, pomelo, lima, cidra, yuzu, bergamota o combava) para extraer terpenos.

Los investigadores han afirmado que el aceite derivado de la industria del zumo podría sustituir al 0,1% o al 0,02% del queroseno y del diésel que se consumieron en España en 2019. No obstante, también han matizado que la incorporación del aceite de naranja al mercado de los biocombustibles no bastaría para cumplir los objetivos de reducción de emisiones contaminantes para atenuar los efectos del cambio climático, pero sí ayudaría.

Investigadores de la UCLM y UPM convierten pieles de naranja en biocombustible con un...