Pregunta.- ¿Tuvo claro desde el principio que quería ser abogado, le viene de familia?
Respuesta.- En absoluto, soy hijo único de un médico-odontólogo (al que le hubiera encantado que continuara con su consulta; aunque nunca me lo dijo) pero realmente mis habilidades estaban más próximas a las carreras de Letras y opté por Derecho. Consideraba que me permitiría disfrutar de más salidas profesionales.
P.- En 1981 comienza a ejercer, desde su bufete Arteche&Abogados, ¿quiénes formaban ese despacho? ¿recuerda cuál fue su primer caso?
R.- Comencé a ejercer de la mano de un gran compañero y buen profesional como fue Luis Parra Gómez, que, sobre todo, me enseñó maneras y deontología. Al poco tiempo, me establecí por mi cuenta y en soledad. Con el paso de los años, por fortuna los clientes y asuntos fueron aumentando, lo que me obligó a buscar colaboradores, llegando a tener cerca de una decena, además de dos secretarias a tiempo completo.
Mi primer asunto fue un desahucio por precario de un matrimonio gitano de Puebla de Don Rodrigo, a los que defendí oponiéndome a la demanda, ya que la renta que pagaban al propietario eran las heces de los caballos que tenían y que el demandante utilizaba para abonar las fincas de su propiedad. El asunto finalmente se ganó.
P.- Aunque usted puede calificarse como un abogado todoterreno, ¿cuáles son o han sido las parcelas en las que se ha especializado?
R.- En provincias como la nuestra, los abogados somos generalistas; pero la especialización te la marca el cliente y el asunto. En mi despacho se han llevado a cabo muchos asuntos de bancos, financieras, seguros; además de patologías en edificación y muchos contenciosos-administrativos.
P.- ¿En qué ha cambiado la acción profesional de un abogado de los 80 a un abogado de 2023: la tecnología, la diversa conflictividad, la mejora salarial…? ¿y qué no ha cambiado?
R.- El cambio ha sido enorme, se ha pasado del abogado artesanal al tecnológico; lo que ha permitido ser más eficiente, ante el aumento creciente de la litigiosidad.
Económicamente, considero que se ha precarizado nuestro trabajo y, por ende, ha bajado la calidad; el estudio de los asuntos requiere tiempo y reposo para que venga la inspiración.
No han cambiado desafortunadamente los tiempos de espera judiciales para culminar un asunto, con los perjuicios que ello conlleva para la tutela judicial efectiva; tampoco lo han hecho las normas deontológicas que nos rigen, que todo abogado debe conocer y respetar.
P.- El próximo 31 de enero de 2024 cumplirá 21 años como decano del Ilustre Colegio de Abogados de Ciudad Real al ser reelegido en noviembre de 2023 por sexta vez consecutiva, ¿es que no hay representantes de la junta que quieran dar el paso o, por el contrario, prefiere usted culminar un proyecto empezado?
R.- Afortunadamente contamos con excelentes compañeros y compañeras que sin duda serían unos magníficos decanos, y pronto les llegará su momento; pero entre tanto seguiremos trabajando para mejorar la labor que estamos desarrollando.
Mi primer asunto fue un desahucio por precario de un matrimonio gitano de Puebla de Don Rodrigo
P.- En este largo camino de 42 años ejerciendo la abogacía habrá ‘tropezado’ con memorables letrados con los que habrá compartido trabajo, charlas, confidencias…, ¿a quién o quiénes le gustaría mencionar expresamente y por qué?
R.- La verdad es que me considero un privilegiado por haber podido formar parte del Pleno del Consejo General de la Abogacía Española, donde he podido conocer a multitud de decanos de toda España, cuya sabiduría y saber hacer me han impactado enormemente. Asimismo, mi pertenencia a la Junta de Gobierno de la Mutualidad de la Abogacía está siendo una experiencia memorable.
Es muy complicado citar a tantos; pero sí me gustaría tener un recuerdo para Federico Castejón con el que empecé en la Junta de Gobierno del Colegio; para Ramón Bello, que fue decano de Albacete; Carlos Carnicer, que fue presidente del Consejo; para Victoria Ortega, actual presidenta y para Luis de Angulo que fue presidente de la Mutualidad y me llamó para que formara parte de su Junta de Gobierno, y cómo no, para Enrique Sanz Fernandez-Lomana, actual presidente de la Mutualidad, que sigue confiando en mí, en el órgano de gobierno.
P.- Ahora que todo estará prescrito y sabiendo que fue un empeño, un magnífico empeño personal, ¿cómo fue el cambio de sede colegial del pasaje de la Merced a la plaza del Trillo?
R.- La culminación de un sueño, absolutamente imprescindible para el desarrollo digno de la profesión en unas instalaciones adecuadas, donde acuden diariamente no solo los abogados, sino también los ciudadanos en solicitud de servicios, fundamentalmente relacionados con la Justicia Gratuita y el Turno de Oficio.
La nueva sede se ha convertido en un espacio abierto para la sociedad, donde se celebran encuentros no solo para juristas; si no de los más diversos, que redunden en beneficio de la ciudad y de la provincia.
La satisfacción del turno de oficio es excelente, pero se perciben unas contraprestaciones indignas y vergonzantes
P.- Algunos asuntos pendientes siguen en cartera como la mejora salarial del turno de oficio, ¿qué propuestas concretas se van a plantear o han planteado al nuevo ministro de Justicia?
R.- Efectivamente, el servicio del Turno de Oficio y Asistencia Jurídica Gratuita son unos servicios públicos que gozan de un grado de satisfacción por parte de sus usuarios excelente, mientras que los profesionales que lo prestan perciben unas contraprestaciones francamente indignas y vergonzantes. Hay una deuda histórica con la Abogacía de oficio que debe saldarse sin demora. No olvidemos que garantizan el acceso a la justicia en condiciones de igualdad a las personas que carecen de recursos económicos para litigar o que son más vulnerables. Desde el Consejo General de la Abogacía y los Colegios se continúa trabajando de manera real y efectiva para mejorar las condiciones de estos profesionales, que son mas de 42.000 en toda España y más de 300 en el Colegio de Ciudad Real. Trabajamos para que se reforme la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita de 1996; y se incluya en la misma unas retribuciones dignas y equiparadas a otros territorios; así como con garantía de revalorización anual y comprensiva de todas las actuaciones que se realicen, así como el abono de los gastos de desplazamiento.
P.- El servicio de orientación jurídica penitenciario y el turno de oficio de la trata son otros anuncios, ¿para cuándo se van a poner en marcha?
R.- Gracias al convenio que próximamente firmaremos con la Diputación Provincial (que ya lo han contemplado en sus presupuestos) será una realidad en el primer trimestre del año, la creación del Servicio de Orientación Jurídica Penitenciario, a lo que se unirá el acuerdo con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, para posibilitar la comunicación por videoconferencia con los internos, sin necesidad de desplazarse a los centros de internamiento.
En cuanto al turno de trata, seguimos trabajando para su consecución de la mano de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, para su creación.
En el primer trimestre del año se cerrará con la Diputación el Servicio de Orientación Jurídica Penitenciario
P.- ¿La abogacía está de moda o los jóvenes prefieren ser ingenieros y médicos? ¿Cómo está la colegiación?
R.- El grado en Derecho sigue siendo una de las carreras universitarias más demandadas por los jóvenes, debido a la gran cantidad de salidas laborales que te brinda; otra cuestión son los universitarios que a posteriori enfocan su opción al ejercicio de la Abogacía, que obviamente resulta más complicada. No obstante, este año han jurado 23 nuevos compañeros y compañeras en nuestro Colegio.
P.- ¿Cómo le gustaría concluir su carrera de abogado y su decanato?
R.- Con la misma ilusión que cuando comencé mi actividad profesional e institucional, pero haciendo un balance positivo de todo lo logrado en estos más de cuarenta años de ejercicio profesional ininterrumpido, que me ha permitido un riquísimo desarrollo personal; aunque te confieso que, si la salud me lo permite, seguiré desarrollando alguna actividad de ayuda a los demás.
Tras mi vida judicial seguiré desarrollando alguna actividad de ayuda a los demás, si la salud me lo permite
P.- ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor profesionalmente hablando?
R.- Sin duda lo mejor se produce cuando después de realizar un trabajo de muchas horas de estudio profundo de un asunto, este se ve recompensado por una resolución judicial estimatoria de tu pretensión. Y lo peor cuando sucede lo contrario, obviamente, pero siempre con la convicción de haber desarrollado un trabajo excelente.
La Justicia requiere de una reforma con presupuesto, sólo así se logrará un servicio público de calidad
P.- Sobre el mundo de la justicia española, ¿qué noticia o noticias le gustaría leer en la prensa?
R.- La voluntad decidida del legislador y del ejecutivo de abordar una reforma en la Justicia de máxima urgencia; dotándola de los medios materiales y personales necesarios para lograr una mayor eficiencia y para ello es imprescindible dotación presupuestaria. Solo así se logrará un servicio público de calidad que la ciudadanía merece.