Castilla-La Mancha recupera la ley de la viña y el vino, aprobada el 28 de julio con el objetivo de defender los intereses del sector vitivinícola, muy azotado desde la pandemia hasta la actualidad.
Una ley muy necesaria para dar valor y visibilidad al sector, para satisfacer las necesidades reales de los viticultores y bodegas en nuestra comunidad autónoma.
Nuestra tierra manchega sigue siendo la despensa del mundo, también con la mayor superficie de viñedo del mundo.
El sector vitivinícola viene doblegando muchas piedras en el camino, que ya estaban presentes antes de sufrir la pandemia. Estas variaciones dentro de la normativa, dan una mayor seguridad al sector y destaca la trazabilidad del vino pudiendo decir que un vino manchego viene del campo y va a la mesa.
Esto permite seguir reaccionando ante las dificultades y a tomar las decisiones estratégicas para posicionar los vinos en el lugar que se merecen.
¿Qué cambios nos vamos a encontrar al aplicar esta nueva ley?
- Nuevas menciones en el etiquetado, nos permitirá etiquetar con nuevos topónimos de menor o mayor ámbito que la indicación geográfica en donde se encuentre la bodega.
- Se incluye el concepto “vino de finca”, que nos permitirá elaborar el vino con cepas de una bodega dentro de una misma denominación de origen, pudiéndolo destacar también en el etiquetado.
- Autorización de nuevas variedades de viña.
- Se permiten nuevas prácticas enológicas que den lugar a nuevos vinos.
- También respalda la cadena alimentaria, digitalizando libros de bodega, registros, aplicando nuevas tecnologías como blockchain y códigos QR siendo de gran información para el consumidor.
Más novedades de la próxima PAC
El escenario agrario a partir de otoño nos permitirá sembrar los barbechos, este uso de tierras se prolongará hasta 2023 para aumentar la producción de cereales. También se podrá seguir sembrando el cotizado girasol.
Esto supone una excepción en la nueva PAC en cuanto a las normas a cumplir, ya que no será obligatorio cumplir ciertas prácticas obligatorias para poder cobrar pagos directos y ayudas de desarrollo rural.
Nuevas ayudas para las cepas más viejas, viñedo de secano en vaso, suponiendo 100 euros por hectárea, para aumenta la rentabilidad del viñedo, ya que el futuro del sector peligra mucho por las condiciones climáticas actuales.
Esta flexibilización supone una respuesta rápida y efectiva para nuestros agricultores y ganaderos, compensando la desastrosa situación provocada por la guerra.
Estas medidas intentan difuminar la mayor inflación y el menor crecimiento económico que nos acecha. Respecto al mundo del vino, se impulsa la transparencia y ayudan a mejorar la rentabilidad y comercialización del producto obtenido de nuestros viñedos.