La delegada de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en la provincia de Ciudad Real, Blanca Fernández, ha reivindicado las ventajas que tiene vivir en las zonas rurales en base a los valores de unidad y solidaridad y al concepto de “puertas abiertas” que caracteriza a los pueblos.
En esta misma línea, Blanca Fernández ha apuntado a la evolución que ha experimentado el concepto de ‘mujeres rurales’, pues lo que antes se veía como algo peyorativo, ahora es un motivo de “orgullo” y de “empoderamiento”. De hecho, ha dejado claro que “si un pueblo se queda sin mujeres, no tiene futuro”.
Aun con todo, la delegada de la Junta de Comunidades ha reconocido que esta realidad no es fácil, puesto que, de forma generalizada, las zonas rurales no tienen las mismas opciones laborales, de ocio o de otra índole que las zonas urbanas, un objetivo en el que Castilla-La Mancha es pionera con la Ley frente a la Despoblación, precisamente para hacer frente al reto demográfico con una infinidad de medidas de acción positiva en materia de empleo, vivienda, agricultura o fiscalidad, por citar algunos ejemplos.
Blanca Fernández ha traslado estos mensajes en un café-coloquio celebrado en El Cristo del Espíritu Santo, aldea de Malagón que ha contado con la participación de 80 mujeres y las intervenciones de la delegada provincial de Igualdad, Manoli Nieto-Márquez, la senadora Pilar Zamora, seis de las siete alcaldesas pedáneas que posee este municipio ciudadrealeño, y la teniente de alcalde en el Ayuntamiento malagonero y concejal de aldeas, Justine Martín, a quien ha felicitado por el éxito de este encuentro que se enmarca en el Día Internacional de las Mujeres Rurales y por la gran labor que está desarrollando en el apenas año y medio de gestión.