La delegada de la Junta de Comunidades en Ciudad Real, Carmen Teresa Olmedo, ha felicitado a los galardonados en estos quintos premios Símbolo, en concreto a María Dolores Mazuecos, ganadora del concurso de catadores; Alberto Torrejón, primer clasificado en el certamen de fotografía, y el restaurante Las Musas de Campo de Criptana.
Se han entregado, además, reconocimientos a José María Díaz-Parreño como socio del año, al presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, Ángel Villafranca, y a la Hermandad de la Virgen de Criptana, que este año conmemora su 475 aniversario.
La sociedad cooperativa Bodegas Símbolo nació en 1954 a iniciativa de 59 viticultores de Campo de Criptana. En la actualidad tiene alrededor de cuatrocientos cincuenta socios. Comercializa sus vinos con las marcas Símbolo, Siete Molinos y Viña Cantillos.
En su intervención, la delegada ha destacado en Campo de Criptana el nuevo impulso que el sector vitivinícola regional va a recibir con la aprobación de la nueva Ley de la Viña y el Vino de Castilla-La Mancha.
Olmedo ha agradecido en nombre del Gobierno de Castilla-La Mancha el respaldo que viticultores, bodegas y cooperativas han mostrado hacia esta nueva norma y ha señalado que era una ley “necesaria para defender los intereses del motor económico de nuestra tierra”. Como ha recordado la representante del Ejecutivo regional en la provincia, en la región hay 450.000 hectáreas de viñedo, cultivo del que dependen ochenta mil familias y 43.000 empleos, y que cuenta con 484 bodegas (205 de ellas cooperativas), con una media de producción de 23 millones de hectolitros de media.
No en vano, ha añadido, “somos la bodega del mundo” y “de lo que se trata es de que incrementemos cada vez más el volumen de negocio, algo que ya estamos haciendo: el Plan Estratégico encargado por el Gobierno de García-Page en 2019 ponía como objetivo para 2025 facturar 2.500 millones de euros y ya estamos facturando dos mil millones”.
En cuanto a las novedades de la Ley de la Viña y el Vino, la delegada ha aludido a las nuevas menciones en el etiquetado, distintas a las que se han tenido hasta ahora, como topónimos de mayor o menor ámbito que la indicación geográfica donde se encuentre la bodega, y la inclusión del concepto de ‘vino de finca’, novedad en España y que permitirá elaborar por primera vez el vino con cepas de una bodega dentro de la misma denominación de origen, incluyendo este concepto y el de la denominación de origen en el etiquetado.
También quedan reflejadas en la norma la autorización de nuevas variedades de vid en Castilla-La Mancha, la de prácticas enológicas que no estaban reguladas hasta ahora o la creación de una interprofesional del vino regional a petición del propio sector.
También hay una apuesta clara por la digitalización, que hará que en la inminente campaña empiece la digitalización en los libros de bodega, algo que se va a ir incrementando, dentro del trabajo en esta línea impulsado por el Gobierno de la mano con la Universidad regional para que llegue a todo el sector la aplicación de la tecnología Blockchain para identificar los productos desde el consumo al origen con un código QR.
Además, de forma paralela a estas novedades administrativas, el Gobierno de García-Page va a poner en marcha nuevas ayudas para las cepas más viejas de la comunidad, con 26 millones de euros, dentro del Programa de Desarrollo Rural, con cien euros por hectárea para aumentar su rentabilidad.